Los orígenes de la realidad arquitectónica
La «honestidad» arquitectónica parte de una idea sencilla: un edificio debe tener sentido en su estructura, uso y apariencia, es decir, la clásica tríada de Vitruvio compuesta por solidez, funcionalidad y belleza. Cuando estos tres elementos están en armonía, sentimos una especie de realidad: las partes que tocamos, vemos y por las que nos movemos nos dan la sensación de estar en armonía con la estructura y el propósito del edificio.
Con el tiempo, la «fidelidad al material» se ha convertido en una regla práctica: utilice cada material en el lugar donde mejor funciona y no oculte sus propiedades. El hormigón puede conservar las marcas de la madera, los ladrillos deben parecer ladrillos, la madera debe parecer madera, no una imitación impresa sobre otra superficie. Este principio fue de vital importancia para el pensamiento moderno temprano y sigue determinando muchos detalles contemporáneos.

La honestidad, la estructura y los servicios se hacen visibles en la arquitectura de alta tecnología, que atrae la atención del público. En el Centro Pompidou de París, las tuberías, los cables y las escaleras mecánicas se han trasladado al exterior, de modo que los visitantes puedan comprender cómo funciona el edificio. En el edificio Lloyd’s de Londres, los ascensores y las líneas de alimentación se han colocado en la fachada para organizar claramente el interior. Se trata de decisiones de diseño que hacen que los sistemas sean comprensibles.
Raíces filosóficas: de Vitruvio a Ruskin
Vitruvio aportó una brújula ética a la arquitectura occidental: construir bien (estabilidad), servir a las personas (utilidad) e inspirarlas (entusiasmo). Siglos más tarde, traductores como Henry Wotton popularizaron este trío, que sigue marcando los debates sobre la «verdad» en el diseño, especialmente cuando se persigue un valor a expensas de los demás.
John Ruskin agudizó la perspicacia moral con «La lámpara de la verdad» y defendió que las ilusiones, las superficies falsas o las estructuras aparentes eran una especie de engaño. Incluso catalogó los engaños —estructurales, superficiales y funcionales— y pidió a los arquitectos que hicieran visibles la estructura y la artesanía. No se necesita lujo para ser bueno, dijo, sino honestidad.
Otros teóricos complicaron aún más este panorama. Eugène Viollet-le-Duc elogió las formas que expresaban la lógica de un material —un racionalismo estructural temprano—, mientras que Gottfried Semper propuso «vestir» la arquitectura (Bekleidung) y consideró el revestimiento como una historia de origen relacionada con los textiles. Juntos, sostienen que la honestidad no solo tiene que ver con revelar, sino también con expresar la idea fundamental de una estructura: cómo funcionan las capas, qué es lo que soporta y qué no.
Distinguir la originalidad del literalismo
La originalidad no significa derribar edificios hasta sus cimientos o convertir cada tubería en una obra de arte. A veces, la arquitectura «honesta» es silenciosa: un revestimiento de ladrillo claramente reconocible como tal (y que no pretende soportar cargas) o un revestimiento de protección contra la lluvia claramente reconocible como tal. Los problemas surgen cuando las superficies asumen un papel que no les corresponde, por ejemplo, la piedra artificial que debe parecer sólida, o cuando se protege una fachada que no tiene una relación significativa con lo que hay detrás (una práctica muy controvertida conocida como «fachadismo»).
El famoso ejemplo de Venturi y Scott Brown, «el pato y la cabaña decorada», ofrece una prueba práctica. «El pato» es, en el sentido literal de la palabra, un símbolo: el edificio ha adoptado la forma de lo que vende. «La cabaña decorada», por su parte, es una caja sencilla que se comunica mediante carteles o señales en la superficie. Su objetivo no era demostrar que uno de ellos siempre es correcto, sino mostrar cómo los edificios transmiten significado y advertir sobre la importancia de no confundir la forma teatral con la función clara. En otras palabras, un edificio puede «mentir» tanto con un significado literal excesivo como con un ocultamiento excesivo.
Aplicación del diseño: Decida qué mostrará abiertamente, qué ocultará y, lo que es muy importante, cómo desea transmitir la realidad en todos los niveles. Si muestra abiertamente las estructuras o los servicios (Pompidou, Lloyd’s), hágalo para mejorar la legibilidad y la usabilidad, no como un truco. Si oculta algo, deje claro que se trata de un ocultamiento. Al adaptar el patrimonio cultural, muestre lo antiguo y lo nuevo como socios compatibles, no como un fondo irrelevante. Se trata de pequeños actos de honestidad instructivos que la gente puede entender sin necesidad de un libro de texto.
Los materiales y la ilusión de la realidad
Falsificación y originalidad: engaño, imitación y simulacro
El revestimiento de fachadas en edificios es una capa delgada, no portante, que tiene el mismo aspecto que el material que recubre: piedra fina, ladrillo, laminado. Cuando se utiliza como revestimiento y no como estructura, puede ser totalmente auténtico. Por ejemplo, las placas de revestimiento de piedra natural fina suelen tener un grosor de entre ½ y 1 pulgada y un peso de entre 7 y 15 lb/ft², lo que las hace más ligeras y fáciles de instalar que las piedras de grosor completo, lo que repercute tanto en el coste como en las vías de carga.
Imitaciones – como laminados con vetas de madera o aluminio con aspecto de madera – resuelven problemas reales: coste, mantenimiento, higiene, riesgo de incendio. La larga historia de los diseños impresos de Formica muestra cómo se han adoptado los aspectos simulados para garantizar la durabilidad y la facilidad de limpieza de los interiores. Hoy en día, los fabricantes ofrecen revestimientos metálicos impresos con aspecto de madera para crear exteriores de fácil mantenimiento. El aspecto es «madera», el comportamiento es «metal». Si los dibujos, las características y los detalles lo dejan claro, no se trata de una mentira, sino de una elección.

El filósofo Jean Baudrillard definió algunas copias como «simulacros»: representaciones que se separan del original y se convierten en su propia realidad. En el entorno construido, esto podría ser, por ejemplo, una calle comercial de aspecto «histórico» pero completamente nueva, o un material compuesto con aspecto de piedra que se comercializa como «auténtico». La pregunta ética pasa de «¿Es esto real?» a «¿Qué cuenta esto y es esta historia clara?».
La ética de la representación material
La fachada no es una estructura, sino una fachada contra la lluvia: un revestimiento que protege contra las condiciones climáticas exteriores, un espacio ventilado y una capa interior impermeable. Gracias a los detalles que hacen visibles estas capas (elementos de unión visibles, juntas de sombra, dibujos de secciones), el edificio da una impresión realista de su funcionamiento. Cuando un revestimiento se presenta y se vende como si fuera sólido, se produce una confusión.
La «realidad física» también se refiere al rendimiento en condiciones adversas, como el agua, el fuego o el calor. Los sistemas de aislamiento exterior y revestimiento (EIFS) que antes se instalaban como revestimientos impermeables retenían el agua y provocaban pudrición; los modernos EIFS drenables y los revestimientos ventilados tienen como objetivo solucionar este problema. En las zonas con alto riesgo de incendios forestales, donde la seguridad es la máxima prioridad, las normativas y las guías de buenas prácticas dan preferencia a los revestimientos ignífugos o difícilmente inflamables (metal, fibrocemento, enlucido) frente a los revestimientos inflamables.
Un material puede parecer «sostenible», pero aún así tener una huella de carbono elevada. Por ello, los diseñadores exigen Declaraciones Ambientales de Producto (EPD), que son informes basados en la norma ISO y verificados por terceros que revelan los efectos del ciclo de vida (por ejemplo, el potencial de efecto invernadero). Elegir el producto «más real» significa evaluar no solo la superficie, sino también el aspecto y los efectos concretos.
Conservar únicamente la fachada histórica y renovar todo lo que hay detrás puede embellecer el aspecto de la calle, pero puede distorsionar la realidad histórica. Los grupos de protección de monumentos advierten cada vez más sobre el peligro de que los proyectos en los que solo se conserva la fachada conviertan la arquitectura en un mero elemento decorativo, cuando lo antiguo y lo nuevo no se integran claramente entre sí. La misma ética se aplica a los materiales: no se debe permitir que la nostalgia superficial distorsione la verdadera esencia de un edificio.

Casos prácticos relacionados con el fraude en los materiales
La investigación sobre el incendio de Grenfell reveló que, en la fachada renovada, se utilizaron paneles compuestos de aluminio (ACM) con núcleo de polietileno, que son inflamables en caso de incendio en edificios de gran altura y pueden provocar catástrofes. Además, la industria y las autoridades de control también cometieron otras negligencias. Se trataba de algo más que un error técnico, fue un fracaso en cuanto a las declaraciones de rendimiento, el suministro y el control. La apariencia primó sobre la funcionalidad, lo que tuvo consecuencias mortales.
En los años 90 y 2000, muchas fachadas EIFS se instalaron como sistemas impermeables sin vías de drenaje. Cuando el agua de lluvia se filtraba debido a grietas en el cabello o al deterioro de la masilla impermeable, las estructuras no podían secarse, lo que provocaba daños por humedad. La lección que se puede extraer de esto es que un revestimiento solo es realmente hermético cuando tiene en cuenta las inevitables fugas y las soluciona. Los sistemas EIFS con drenaje y ventilación se han desarrollado como medida correctiva.
Los revestimientos metálicos con diseños de madera, dibujos, especificaciones técnicas y etiquetas que lo indiquen claramente y que se elijan por su durabilidad o resistencia a los incendios forestales pueden considerarse éticos. En las zonas WUI, las autoridades y los grupos de investigación recomiendan fachadas ignífugas o de difícil combustión; en este caso, la «madera artificial» puede ser una opción más segura. La clave es la información: el público debe saber que se trata de metal y no debe pensar que es madera maciza.
La importancia de la forma, la función y el rendimiento
Si la forma sigue el engaño
Un diseño llamativo puede resultar engañoso si produce el efecto contrario al prometido. Por ejemplo, las fachadas de cristal cóncavas pueden concentrar la luz solar en forma de peligrosos «rayos calientes». El edificio 20 Fenchurch Street de Londres, apodado «Walkie-Talkie», es conocido por haber abrasado la calle que hay debajo e incluso haber derretido la carrocería de un coche, ya que su fachada actúa como un espejo gigante. La solución consistió en protectores temporales y medidas a largo plazo, lo que supuso una costosa lección que nos recordó que los efectos visuales no pueden sustituir al análisis solar.

El hotel Vdara de Las Vegas también tuvo el mismo problema: un revestimiento curvo y reflectante concentró el calor intenso en la terraza de la piscina. Los huéspedes se quejaron de quemaduras y plástico derretido; la empresa constructora lo describió posteriormente como el fenómeno de la «fusión solar». La lección que se puede extraer de esto es sencilla: si la forma aumenta los riesgos (deslumbramiento, viento, calor), lo honesto es rediseñar o tratar la fachada de manera que funcione bien para los vecinos y los usuarios, y no limitarse a que quede bien en los diseños.

Incluso los iconos populares lo han aprendido. En el Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles, las placas de acero inoxidable pulido provocaban reflejos deslumbrantes y temperaturas de aproximadamente 60 °C en la acera. La solución práctica consistió en convertir determinadas placas en una superficie mate. Esto restableció el confort sin alterar la arquitectura. El rendimiento es parte de la realidad: si una superficie bonita afecta negativamente a la vida pública, la respuesta ética es cambiarla.
Funciones ocultas: Suelos mecánicos, paredes falsas
Los edificios altos ocultan muchas tecnologías, a veces por buenas razones y otras para manipular la percepción. En Nueva York, las empresas constructoras utilizaron «espacios mecánicos» (plantas de servicios muy altas que no se incluyen en la superficie bruta) para construir apartamentos tipo loft más altos y aumentar la altura visible. La ciudad respondió a esto en 2019 limitando la altura permitida para los huecos mecánicos en los edificios residenciales altos. Aquí, la política intervino para volver a hacer más honesta la silueta: la altura debía derivarse del programa real y no de los huecos ocultos como sistemas.
Otras medidas «ocultas» se revelan claramente al leer el capítulo. Torres superdelgadas como la del 432 Park Avenue cuentan con pisos dobles abiertos en todas sus doce plantas para permitir el paso del aire, lo que interrumpe las rupturas de vórtices y reduce las fluctuaciones; las medidas de amortiguación complementarias se encargan del resto. Estos espacios vacíos se ven como franjas huecas en la fachada, pero son una expresión de honestidad estructural: hacen visibles la comodidad y la seguridad para quienes saben en qué fijarse.
No todas las paredes falsas son engañosas. Las fachadas dobles y las fachadas de protección contra la lluvia con ventilación trasera crean espacios que drenan el agua, reducen el ruido y proporcionan ventilación natural mediante la presión del viento y el efecto chimenea. Son «máscaras» que cumplen una función y cuya ética reside en los detalles y la transparencia: hay que hacer que las capas sean reconocibles como tales y explicar su función en los planos y las especificaciones técnicas. Una fachada tranquila puede, sin embargo, explicar cómo proporciona comodidad y sequedad a sus habitantes.
Simbolismo en el lenguaje del diseño y honestidad en el sentido literal de la palabra.
El modelo «Pato y cabaña decorada» de Venturi y Scott Brown sigue siendo una herramienta eficaz para descifrar significados. El «pato» es una estructura simbólica (la forma transmite el mensaje), mientras que la «cabaña decorada» es una estructura simple que se comunica a través de letreros o superficies. Su objetivo no era prohibir uno u otro, sino llamar nuestra atención sobre cómo habla la arquitectura y evitar que la forma teatral se confunda con la claridad funcional.
El concepto de «vestimenta» de Semper añade otra dimensión más: la vestimenta, entendida como un producto textil importante desde el punto de vista cultural y técnico, como una prenda con lógica propia, no es falsa. Entendido así, el símbolo y la superficie pueden ser sinceros cuando aceptan lo que son: una capa comunicativa sobre un cuerpo que trabaja. La superficie traspasa los límites éticos cuando pretende ser algo que no es, una estructura o una historia que no tiene.
El papel del arquitecto: ¿narrador de historias o mensajero de la verdad?
Ilusiones deliberadas en las narrativas arquitectónicas
La arquitectura siempre se ha inspirado en el teatro: pensemos en los trucos barrocos, como el pasillo del Palazzo Spada, donde Borromini aplicó la perspectiva forzada; aquí, una galería corta parece larga y majestuosa. Este truco artístico se ha elegido conscientemente, es fácil de explicar y, en lugar de ocultar la estructura o la seguridad, forma parte de un lenguaje cultural que inspira admiración. En otras palabras, no se trata de una mentira para ocultar la representación, sino de una ornamentación narrativa que enmarca la experiencia.
El discurso contemporáneo suele legitimar la «narración de historias» mediante atmósferas y experiencias sensoriales: Peter Zumthor habla del diseño de atmósferas, mientras que Juhani Pallasmaa se opone a la cultura centrada en la vista y defiende la inclusión del tacto, el sonido y la temperatura en la intención del diseño. Aquí, la narración de historias no pretende profundizar en la realidad ni desviar la atención de ella, sino que es una oportunidad para hablar de lo que realmente sienten los habitantes.
El punto de inflexión ético es la presentación. Las visualizaciones hiperrealistas pueden «vender» una versión de la vida social, la luz solar o la vegetación que nunca podría ser real. En los comentarios científicos y técnicos, se han exigido normas más claras para que las visualizaciones respalden decisiones conscientes, en lugar de manipular las aprobaciones. Como regla general, especifique claramente las suposiciones (estación, hora del día, lente), evite los contextos ficticios y separe el arte de las pruebas.
La brújula moral del arquitecto: ¿Quién decide qué es honesto?
Las normas de conducta profesional exigen transparencia y prohíben las declaraciones falsas. Las Normas Éticas de la AIA exigen honestidad en las comunicaciones públicas y con los clientes (por ejemplo, la Norma 3.301) y prohíben proporcionar información engañosa sobre cualificaciones o logros (Norma 4.201). Las normas modelo (NCARB) y las regulaciones británicas pertinentes (RIBA; ARB Architects Code) también establecen la honestidad y la veracidad como obligaciones fundamentales. Se trata de normas aplicables: si los miembros realizan declaraciones falsas sobre sus cualificaciones o logros, se les impondrán medidas disciplinarias.
La honestidad también se aplica al comportamiento de los edificios. Tras el incidente de Grenfell, la Ley de Seguridad de los Edificios de 2022 del Reino Unido aclaró las funciones de los responsables (planificadores, contratistas) y reforzó la rendición de cuentas ante los residentes. El Gobierno publica informes de progreso sobre las recomendaciones de la investigación. En la práctica, la autoridad para tomar decisiones se está desplazando hacia un modelo basado en la regulación y la opinión pública: los arquitectos deben poder justificar sus decisiones en materia de seguridad y no limitarse a explicar sus intenciones.
Más allá de la seguridad, la originalidad es un valor común negociado con las comunidades. El Documento de Nara (1994) amplió el concepto de originalidad al contexto cultural y los valores inmateriales, y recordó a los diseñadores que el concepto de «realidad» no es solo una representación material, sino también el significado real de un lugar. Esta perspectiva anima a los arquitectos a crear nuevas obras que estén en consonancia con las narrativas históricas, al tiempo que evita que conviertan las fachadas en decorados teatrales.
Expectativas públicas y motivos profesionales
Los ciudadanos esperan información veraz, edificios seguros y derecho a voz. En muchos distritos judiciales ingleses, se requieren audiencias públicas y declaraciones sobre la participación de la comunidad para las solicitudes importantes. Las autoridades publican las fechas de las audiencias para que los ciudadanos puedan responder. Estos procedimientos formalizan la expectativa de que los gráficos, informes y alegaciones sean lo suficientemente precisos como para que puedan ser evaluados por personas no expertas.
Una justificación profesional no es solo una declaración de intenciones, sino también una prueba. Las normas éticas exigen a los arquitectos que eviten las declaraciones engañosas y que indiquen claramente sus intereses en las declaraciones que hacen al público. En relación con las normas de seguridad (por ejemplo, los responsables de la Ley de Seguridad en Edificios), esto da lugar a un sistema de doble llave: historia convincente + rendimiento verificable. Si los valores de medición (seguridad contra incendios, energía, viento, destellos) contradicen el render, la tarea profesional es modificar el diseño, no la historia.
Los pasos prácticos ayudan a armonizar la narrativa con la realidad:
- Marque la imagen como hipótesis, no como realidad e indique las suposiciones (fecha, condiciones meteorológicas, madurez de las plantas). Las investigaciones demuestran que las visualizaciones previas pueden influir en las decisiones; la transparencia reduce este efecto.
- Publique los motivos de rendimiento junto con el concepto: por ejemplo, por qué una fachada de doble capa, los resultados del estudio sobre el viento, cómo los materiales cumplen con la estrategia de protección contra incendios, etc. Las investigaciones realizadas tras el incendio de Grenfell y los informes de recomendaciones trimestrales han concienciado a la opinión pública sobre la diferencia entre la apariencia y el comportamiento.
- Incluya a la comunidad desde el principio y con buena voluntad. Existen marcos para involucrar a la comunidad con el fin de identificar posibles desacuerdos antes de que el diseño sea definitivo. Utilícelos como aportaciones al diseño, no como obstáculos.
El arquitecto puede ser narrador de historias y, al mismo tiempo, divulgador de la verdad, siempre y cuando la historia se base en logros verificables, una autoría/referencia clara y un diálogo público auténtico. Las normas profesionales establecen los requisitos mínimos, mientras que las leyes relacionadas con la confianza y la seguridad públicas fijan los límites.
Ejemplos importantes de engaño arquitectónico
La casa de cristal que oculta: transparencia y privacidad
La Casa Farnsworth de Mies van der Rohe y la Casa de Cristal de Philip Johnson convirtieron la transparencia en una virtud: las paredes desaparecen, el paisaje fluye a través de ellas y la estructura queda al descubierto. Sin embargo, la vida en su interior no siempre es tranquila. Los críticos (y el propio cliente) describieron la Casa Farnsworth como hermosa pero irritante para vivir: transparente durante el día y abierta durante la noche. La apertura, la privacidad, el resplandor y la comodidad pueden convertirse en un espectáculo si no se resuelven de forma consciente.
La casa de cristal de Johnson fue diseñada como un mirador con vistas panorámicas y ajardinada —«invisible desde la carretera»— y se ha convertido en un refugio al combinarla con el refugio de ladrillo cercano. El diseño de la propiedad presenta una silenciosa contradicción: transparencia radical para el objeto, privacidad estratégica para la vida. La intimidad no está dentro del cristal, sino detrás de la cortina, detrás de las vallas, las colinas y un sólido edificio anexo que se ha reabierto al público tras su restauración.
La Maison de Verre de Pierre Chareau suaviza la transición con una cortina lechosa, sustituyendo el vidrio transparente por ladrillos de vidrio y paredes interiores. Lo importante es que, por la noche, cuando predomina la luz interior, la «intimidad» se invierte. Esto recuerda a los diseñadores que los efectos unidireccionales no provienen del vidrio mágico, sino del equilibrio de la iluminación. La casa causa una impresión tan íntima porque deja claras las límites de su envolvente.

Edificios emblemáticos con fines ocultos
Algunas ciudades esconden sistemas caóticos detrás de sus frentes elegantes. El número 58 de Joralemon Street, en Brooklyn Heights, es un edificio histórico de ladrillo rojo que oculta un conducto de ventilación del metro de Nueva York tras sus ventanas oscurecidas. En el barrio londinense de Bayswater, el 23-24 de Leinster Gardens son edificios de fachada pura que ocultan una zanja abierta. Esta zanja era necesaria originalmente para la evacuación del vapor, un truco urbano utilizado para mantener la terraza visualmente intacta.

Si solo conservas la fachada histórica y reconstruyes completamente la parte trasera, puedes mantener el aspecto de la calle, pero al mismo tiempo diluirás la historia. Los escritores y críticos que se ocupan de la conservación de monumentos definen el concepto de fachadismo como, en el mejor de los casos, una herramienta pragmática y, en el peor, una puesta en escena burlona. La ética depende de la claridad: ¿el nuevo interior acepta la fachada como una cáscara o actúa como si estuviera reviviendo el antiguo edificio?
¿Actuación posmoderna o aplicación posrealista?
El edificio Portland de Michael Graves, uno de los iconos de la primera etapa del posmodernismo, tenía goteras y se estaba deteriorando. La ciudad renovó su interior y conservó su aspecto cubriéndolo con una fachada de aluminio uniforme. Mientras que los admiradores calificaron esta restauración como una traición, los ingenieros la consideraron una honestidad tardía en términos de rendimiento. Este caso plantea una pregunta difícil: ¿es más correcto preservar la imagen o reconstruir el edificio para que finalmente sea funcional?
En la sede central de Disney en Burbank, los siete enanitos se convierten en «cariatides», un guiño que muestra claramente el mito de la marca. Se trata de un simbolismo divertido y llamativo, pero nadie confunde a los enanitos con una estructura en sentido técnico. Es la lógica de una «cabaña decorada» a escala de valla publicitaria: la superficie habla, los sistemas hacen el trabajo en segundo plano.
Johnson y Burgees AT&T (hoy 550 Madison) se diferenciaron de la anónima caja de cristal utilizando granito rosa y una fachada dividida con techo «Chippendale». Posteriormente, las propuestas para modificar el pedestal dieron lugar a disputas sobre su conservación, lo que demostró que los símbolos posmodernos, aunque no sean estructurales, tienen una importancia pública. Desde la fachada «Strada Novissima» de la Bienal de Venecia hasta los debates actuales sobre el rediseño, el posmodernismo pone a prueba constantemente la frontera entre la expresión y la imitación.
Hacia una nueva ética de transparencia en el diseño
¿Puede la arquitectura ser sincera e inspiradora a la vez?
Sí, si la belleza proviene de lo que un edificio es realmente y de lo que debe hacer. Las obras de Lacaton & Vassal son un ejemplo de ello: «Nunca derribar… siempre rediseñar», creando espacio, luz y confort térmico mediante la reutilización de los edificios en lugar de su demolición. En el discurso pronunciado en la ceremonia de entrega del premio Pritzker, esto se presentó como una ética social y ecológica, como prueba de que la generosidad y la moderación pueden ser inspiradoras al mismo tiempo.
Si en la declaración se indica «ahorro energético», muestre el proceso desde el diseño hasta los resultados de uso. Utilice los métodos de la fase de diseño (CIBSE TM54) y respete las evaluaciones de funcionamiento (NABERS UK «Diseño para el rendimiento»), de modo que los usuarios y el público en general puedan comprobar que las promesas se ajustan a la realidad. Esta transparencia es un paso del diseño que consiste en seleccionar sistemas y detalles que funcionen tal y como se afirma.
Las imágenes moldean la opinión pública. Para opiniones verificadas, siga las directrices (por ejemplo, la directriz TGN 06/19 del Landscape Institute) para garantizar que la iluminación, los datos de la cámara y el contexto no se «embellezcan». Especifique las suposiciones de renderizado y muestre las pruebas junto a la obra de arte; esto genera confianza sin alterar la poesía.
Recuperar la confianza gracias a la integridad material y espacial.
Solicite declaraciones medioambientales de producto (EPD) para el carbono y declaraciones de producto sanitarias (HPD) para los componentes. Al combinar las evaluaciones EPD/WLC (RICS, 2.ª edición) con las HPD, los debates se desplazan de cuestiones de imagen a cuestiones de hecho y se evita el lavado verde.
Tras el incendio de Grenfell, la información sobre los productos debe ser clara, precisa, actualizada, accesible y concisa. El Código de Información sobre Productos de Construcción ha oficializado esta norma. Se debe mantener el «hilo conductor» a nivel de edificio: un registro digital completo, desde el diseño hasta el uso, de modo que las decisiones de seguridad puedan verificarse a lo largo del tiempo.
Lea las capas como capas: la protección contra la lluvia es la piel, los huecos son los servicios/suelos contra el viento y la renovación es la renovación. Apoye esto con objetivos públicos (RIBA 2030; LETI) para que las decisiones espaciales no solo se ajusten al estilo, sino también a los objetivos de CO2 y confort. La publicación de las cifras junto con los dibujos es una necesidad ética.
La honestidad como principio de diseño en aplicaciones futuras
- Presentación basada en el rendimiento: Incluya los resultados del TM54 y un plan DfP en cada paquete conceptual. Comprométase a realizar una evaluación operativa en los dos años siguientes a la mudanza.
- Veracidad del producto: Solicitar a los proveedores que se unan al CCPI y presenten EPD/HPD para los componentes importantes.
- Demuéstrelo en la práctica: Incluya Soft Landings/POE en el alcance y publique un resumen de los resultados en un lenguaje sencillo; transfiera la información obtenida a la siguiente tarea.
- Ética de la imagen: Utilice métodos de visualización verificados (metadatos de la cámara, control de medición) e indique todas las suposiciones de visualización.
- Declaración pública: En la medida en que lo permitan las directrices, la información relativa al consumo de energía y agua debe hacerse pública anualmente (NYC LL84, un ejemplo de transparencia a nivel municipal).
Adopte la estrategia «Retrofit First» y ofrezca a sus clientes un plan plurianual que les proporcione información honesta sobre los pasos a seguir, los costes y los beneficios. La nueva directiva de la UE sobre la eficiencia energética de los edificios oficializa los pasaportes de renovación, que son hojas de ruta estructuradas que reducen los riesgos y ayudan a aplicar las decisiones. Para que el objetivo del diseño, la planificación por fases y los efectos sigan siendo coherentes entre sí, relacione su hoja de ruta con la compensación de CO2 a lo largo de todo el ciclo de vida.
La transparencia no es una carga, sino un lenguaje de diseño. Cuando la opinión pública puede comprender de qué está compuesto un edificio, cómo funciona y por qué se toman determinadas decisiones, la confianza vuelve y, con ella, también el entusiasmo. Aspire a proyectos fácilmente legibles: sea generoso en los puntos importantes, meticuloso con los datos, moderado en las expresiones y claro en los acuerdos. Se trata de una honestidad carismática.