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Diseño para la neurodiversidad

El diseño para la neurodiversidad considera las diferencias en la atención, la percepción y el procesamiento sensorial como parte normal del espectro humano. Cuando se aplica a la arquitectura, esto significa reconocer que elementos como el sonido, la luz, el color, los patrones, el confort térmico y la orientación no afectan a todas las personas de la misma manera. Las organizaciones de normalización ya definen la neurodiversidad como una dimensión fundamental de los entornos inclusivos y exigen entornos que reduzcan los factores de estrés sensorial al tiempo que apoyan una amplia variedad de estilos cognitivos.

La idea básica es sencilla. Si un edificio puede ser comprendido, recorrido y tolerado o percibido como agradable por personas con diferentes perfiles sensoriales, también será más claro y tranquilo para todos los demás. Las guías publicadas recientemente refuerzan esta opinión y, al abordar desencadenantes predecibles como la neurodiversidad, los destellos, los ecos, las vibraciones, la confusión visual y la circulación confusa, enmarcan la mejora de los edificios públicos, las viviendas, los lugares de trabajo y el paisaje urbano como una oportunidad de diseño.

Comprender la neurodiversidad en la arquitectura

La neurodiversidad se refiere a las diferencias naturales en las funciones cerebrales y los procesos de procesamiento de la información dentro de una población. Desde el punto de vista espacial, estas diferencias suelen manifestarse como respuestas diferentes a los estímulos ambientales. Desde el punto de vista arquitectónico, esto significa que la comodidad y la comprensión del usuario no solo dependen de la accesibilidad al movimiento, sino también de la accesibilidad al flujo de sensaciones e información.

Cada vez más investigaciones relacionan el procesamiento sensorial atípico con las experiencias vividas en edificios y espacios públicos. Los estudios explican cómo la acústica irregular, la iluminación desequilibrada y los espacios visualmente densos pueden abrumar a algunos usuarios, mientras que los entornos silenciosos pueden estimular insuficientemente a otros. Esta variabilidad no es casual. Es un parámetro fundamental para el propósito y el rendimiento del diseño.

¿Qué es la neurodiversidad? Información básica para arquitectos

En su sentido más amplio, la neurodiversidad incluye a las personas que se definen como autistas, con TDAH, dislexia o dispraxia, o que experimentan otras diferencias neurológicas que afectan a la atención, las funciones ejecutivas y los umbrales sensoriales. Las directrices contemporáneas sobre el entorno construido lo definen como un resumen de diseño público. Se pide a los arquitectos que prevean las diversas necesidades sensoriales y reduzcan los desencadenantes evitables a nivel de diseño, materiales, mobiliario y gestión.

Esto es compatible con el diseño universal. Los principios clásicos hacen hincapié en la flexibilidad, el uso sencillo e intuitivo, la información perceptible y la tolerancia al error. Desde una perspectiva arquitectónica, estos principios apuntan a planos que comunican claramente, sistemas de orientación repetitivos entre los sentidos y un control del entorno abierto y tolerante. La neurodiversidad amplía estos objetivos centrándose en la calidad de la información sensorial y la carga cognitiva.

Las aplicaciones del mundo real abarcan los tipos de edificios más comunes. Las escuelas utilizan una circulación legible y luz natural no deslumbrante para mantener la atención. Las bibliotecas combinan áreas silenciosas con pequeñas salas de estudio cerradas. Los centros de transporte se basan en símbolos claros y una codificación de colores coherente. No se trata de características específicas. Ahora son estrategias convencionales incluidas en las directrices nacionales.

Perfiles sensoriales comunes y diferencias cognitivas

Un marco inicial útil es el Modelo de Procesamiento Sensorial de Dunn. Este modelo muestra cómo las personas combinan diferentes umbrales neurológicos con diferentes estrategias de autorregulación. El resultado es un modelo de cuatro respuestas generales que ayuda a explicar por qué un mismo espacio puede resultar relajante o excesivamente estimulante para diferentes usuarios. Los arquitectos pueden utilizarlo como lente conceptual al examinar la iluminación, la acústica y la complejidad visual.

Las pruebas obtenidas de las investigaciones sobre el autismo muestran que existen diferencias medibles en las respuestas sensoriales, como la visión y la audición. En la práctica, esto significa que las alarmas intermitentes, el alto contraste reflectante, los destellos con patrones o los lóbulos con eco pueden provocar fatiga, evitación o aislamiento. Por el contrario, los ritmos predecibles, el contraste controlado y los campos sonoros estables pueden aumentar la participación y la comodidad. Las investigaciones al aire libre informan de hallazgos similares en calles y parques, donde la claridad visual y la reducción del ruido se asocian con un uso más positivo por parte de los participantes con autismo y TDAH.

Las diferencias cognitivas también son importantes. Las personas con TDAH suelen informar de que les cuesta más concentrarse en oficinas abiertas, donde hay mucho ruido y movimiento. En los estudios sobre el lugar de trabajo y en las guías prácticas se hace hincapié una y otra vez en la importancia de separar claramente las zonas, tener acceso a salas con pocos estímulos y poder ajustar el ruido y la luminosidad. Esta información pone de relieve una cuestión sencilla. La carga cognitiva no solo viene determinada por la tarea, sino también por el entorno.

¿Por qué el diseño debe ir más allá de «una solución única para todos»?

Las normas tradicionales suelen partir de un usuario típico y luego se adaptan a los márgenes. La neurodiversidad invierte esta lógica. Se basa fundamentalmente en la variabilidad. Guías como la PAS 6463 exigen entornos que funcionen desde el principio en todos los rangos sensoriales, que ofrezcan claridad en la orientación, iluminación fija y regulable, un buen control acústico y opciones de retirada o participación en función de las necesidades del usuario.

Este enfoque no consiste en personalizar cada metro cuadrado para cada persona. Se trata de ofrecer un número reducido de opciones sólidas y hacerlas evidentes. El diseño universal proporciona la base conceptual. La guía de neurodiversidad establece los parámetros ambientales. Juntos, crean un resumen arquitectónico que premia la legibilidad, reduce los estímulos innecesarios y permite a los usuarios ajustar su propio confort. Los edificios que lo hacen suelen ser más tranquilos, más claros y más inclusivos para todos.

Esto tiene repercusiones estratégicas. Las sesiones informativas con los clientes pueden hacer referencia explícita a los resultados de la diversidad neurológica. Las revisiones de diseño pueden evaluar tanto la compatibilidad del código como la claridad sensorial. La evaluación posterior al uso puede incluir la comodidad sensorial y la carga cognitiva. Cuando los profesionales tratan estos aspectos como criterios de rendimiento estándar, el resultado es un entorno construido que refleja mejor la diversidad de las personas que lo utilizan.

Entorno sensorial

Un entorno sensorial bien diseñado sabe que la luz, el sonido, la textura y el olor moldean la forma en que las personas perciben un espacio. El objetivo es ofrecer claridad sin monotonía y opciones sin caos. Las guías actuales lo enmarcan como un resumen de rendimiento: reducir los desencadenantes predecibles, como el brillo, el eco y la confusión visual, y luego ofrecer a los usuarios formas sencillas de aumentar o disminuir la estimulación.

Iluminación: Estrategias naturales, artificiales y adaptables

Una buena iluminación comienza con el control. Por lo general, se prefiere la luz natural, pero las transiciones entre las zonas brillantes y las zonas tenues deben ser suaves, y se deben utilizar persianas o cortinas para controlar el contraste en los umbrales y a lo largo de los pasillos. Las personas que padecen fotofobia se benefician de la capacidad de ajustar rápidamente los niveles, por lo que se debe proporcionar a los usuarios finales herramientas claras, como reguladores de intensidad y luces de trabajo locales, en lugar de solo controles centrales.

En la iluminación artificial no deben utilizarse fuentes puntuales intensas ni emisores LED visibles. Los difusores, los divisores y las ópticas empotradas o protegidas reducen la molestia, mientras que las superficies mates limitan el deslumbramiento reflejado. Los objetivos de la clasificación de deslumbramiento combinada utilizados en las normas para lugares de trabajo son un punto de referencia útil para muchos entornos educativos y de oficina, en los que se recomienda generalmente un UGR inferior a 19.

La estabilidad es tan importante como el brillo. Los sistemas LED deben diseñarse y atenuarse específicamente para minimizar la sensibilidad al parpadeo y la modulación temporal de la luz que puede provocar dolores de cabeza. La aplicación recomendada por el IEEE resume los enfoques de modulación seguros y las advertencias sobre los métodos de atenuación. Las instituciones nacionales han publicado resúmenes prácticos para los diseñadores. Combine esto con diseños de iluminación que eviten la formación de franjas de sombra profundas en el suelo y las paredes, lo que algunos usuarios podrían interpretar erróneamente como escalones u obstáculos.

Paisajes acústicos y sonoros: gestión de la sobrecarga auditiva

El ruido es uno de los desencadenantes más comunes de la sobrecarga. Las especificaciones técnicas deben establecer objetivos acústicos cuantitativos adecuados a la tipología y, a continuación, cumplirlos mediante una combinación de absorción, aislamiento y zonificación. En las aulas, los criterios comúnmente aceptados limitan el ruido de fondo a aproximadamente 35 dBA y el tiempo de reverberación a entre 0,6 y 0,7 segundos, dependiendo del volumen de la sala, con el fin de preservar la inteligibilidad del habla. En las oficinas abiertas, el marco ISO 22955 añade criterios como la distancia de distracción y la confidencialidad del habla para ir más allá de una única cifra, el RT.

Primero, diseñe un plan para separar las actividades incompatibles y, a continuación, ajuste las superficies. El alto nivel de absorción del techo y los tratamientos estratégicos de las paredes reducen la acumulación de eco, mientras que las pantallas de las mesas y las estanterías cortan la línea de visión que transmite la conversación. Si se considera el enmascaramiento del sonido, calibre este con cuidado y haga que sea controlable por el usuario, ya que el sonido de fondo adicional puede ayudar a algunas personas, pero molestar a otras. Proporcione salas abiertas, cercanas y silenciosas, así como cabinas semicerradas, para que las personas puedan alejarse del ruido en lugar de soportarlo.

El confort acústico se extiende también a los espacios exteriores y las zonas comunes. Los efectos del ruido del tráfico y los ruidos mecánicos sobre la salud están bien documentados, por lo que se deben considerar las fachadas, las entradas y los vestíbulos de los ascensores como amortiguadores acústicos y evitar los atrios con mucho eco para un uso prolongado. La guía de la Organización Mundial de la Salud sobre el ruido ambiental destaca la importancia de estas medidas tanto en los edificios como a escala regional.

Aspectos táctiles y materiales

Los materiales se comunican a través de la vista y el tacto. Para reducir el «ruido» visual, opte por superficies mates o de bajo brillo en superficies amplias, limite el uso de espejos y utilice diseños sencillos y legibles. El brillo excesivo puede percibirse como húmedo o resbaladizo, y los patrones repetitivos intensos pueden dificultar el procesamiento visual. Cuando se requiere contraste para la legibilidad y la seguridad, muchas guías de accesibilidad hacen referencia a una diferencia de aproximadamente 30 puntos en el valor de reflexión de la luz entre elementos adyacentes, como puertas y paredes.

El tejido debe servir de guía sin causar molestias. Las barandillas o los bordes de las paredes con ligeras indicaciones táctiles pueden ayudar a orientarse y dar seguridad, pero los cambios bruscos entre los materiales del suelo pueden desorientar a algunos usuarios. Busque el equilibrio entre la suavidad y la facilidad de limpieza bajo los pies y elija superficies absorbentes en los lugares que requieran tranquilidad acústica. Mantenga la coherencia en los bordes y las decoraciones, evite los cambios bruscos de dirección en las juntas de los pasillos largos y mantenga las uniones lisas para evitar la vibración visual durante el movimiento.

El olor también forma parte del perfil sensorial. Para reducir las cargas de compuestos orgánicos volátiles que pueden provocar náuseas o dolores de cabeza, elija pinturas, materiales de sellado, revestimientos para suelos y muebles con bajas emisiones. Los marcos de edificios saludables ahora incluyen los umbrales de contenido y emisión en los criterios de materiales, y el crédito de materiales de baja emisión de LEED se considera a menudo una vía equivalente. Considérelo como un requisito básico de rendimiento, no como una mejora opcional.

Orientación espacial y búsqueda de rutas

Un sistema de orientación claro reduce la ansiedad, acorta el tiempo de toma de decisiones y ayuda a diferentes mentes a crear un mapa mental fiable de un lugar. Desde el punto de vista de la neurodiversidad, esto significa crear pistas coherentes entre los sentidos, mantener bajo el ruido visual y presentar la información en capas que se puedan analizar fácilmente de un vistazo. La orientación contemporánea enmarca esto tanto como una tarea de planificación espacial como una tarea de diseño de la información.

Pistas visuales, codificación por colores y señales

Las buenas pistas visuales se basan en el contraste, la nitidez y la coherencia. Utilice un alto contraste tonal para puntos de conexión y características importantes, como puertas, escaleras, barandillas y mandos, de modo que destaquen sobre las superficies adyacentes. Muchas guías de diseño inclusivo hacen referencia a diferencias de aproximadamente 30 puntos en el índice de reflexión luminosa entre elementos adyacentes, mientras que los propios letreros deben ser no reflectantes y tener un fuerte contraste entre la figura y el fondo. Combine pictogramas que cumplan con las normas reconocidas con una tipografía clara para reducir la carga de lectura.

El código de colores funciona mejor como parte de un sistema, no como decoración. Asigne colores a zonas, plantas o líneas y repítalos en mapas, identificadores de puertas y pantallas digitales. Los ejemplos que se ven en toda la ciudad y en los aeropuertos demuestran que las familias de colores fijas, los símbolos coherentes y los patrones repetidos reducen considerablemente la confusión.

El programa peatonal de Legible London y los grandes aeropuertos utilizan una jerarquía de colores y reglas cartográficas para conectar las señales, los mapas en papel y las pantallas, de modo que las personas vean la misma lógica en todas partes.

La tipografía y la disposición son importantes. Cumpla con las normas de accesibilidad en cuanto a la altura de los caracteres, el ancho del contorno, el espaciado y el revestimiento. Determine la altura de las letras en función de la distancia de visualización y monte los letreros en el lugar donde se toman las decisiones, no después del giro. Los recursos del sector y las normas de la ADA recomiendan revestimientos no brillantes, un contraste nítido y tamaños mínimos de letras escalados en función de la distancia. En la práctica, como regla general, se recomienda una altura de letra de aproximadamente 1 pulgada para una distancia de visualización de 10 pies.

Previsibilidad y secuencias espaciales claras

Las personas crean mapas mentales utilizando caminos, bordes, regiones, nodos y marcadores de posición. Los diseños que mantienen estos elementos legibles son más fáciles de aprender y volver a aprender. Mantenga las rutas sin interrupciones, revele el paisaje futuro con líneas de visión y coloque puntos de referencia distintivos en los nodos importantes, de modo que el orden de las áreas cuente una historia sencilla. Esto es coherente con la teoría clásica de la legibilidad urbana y con la guía moderna para instalaciones sanitarias, que requiere señales en los puntos de decisión y caminos bien estructurados.

https://www.mmoser.com/ideas/workplace-neurodiversity

Cree secuencias predecibles mediante la división en zonas y la jerarquía. Asigne nombres claros a las zonas, utilice colores coherentes y muestre el progreso desde el campus hasta el edificio, desde el edificio hasta la planta y desde la planta hasta la habitación utilizando las mismas etiquetas en todas las escalas. Las estrategias de orientación hospitalaria son un buen ejemplo de ello: limite las indicaciones detalladas de los departamentos a sus propias zonas, refuerce la identidad de las zonas en los vestíbulos y ascensores, y evite las referencias cruzadas que alejan a los usuarios de la secuencia.

Refuerce la orientación con enlaces memorables. Utilice materiales distintivos, obras de arte o características de iluminación como pistas repetibles que también sirvan como puntos de referencia. Las investigaciones sobre la orientación en interiores destacan la importancia de la claridad de los puntos de referencia y los planos de planta para reducir los caminos tortuosos y los errores, especialmente para los visitantes que acuden por primera vez o que se sienten estresados.

Minimizar la carga cognitiva durante la navegación

Minimice la carga cognitiva organizando la información, no a los usuarios. Presente la cantidad mínima de contenido necesaria para tomar una decisión correcta y, a continuación, añada detalles solo cuando sea necesario. Los principios ergonómicos relacionados con la presentación de la información hacen hincapié en las características de distinguibilidad, interpretabilidad, coherencia y ausencia de distracciones, y se aplican directamente a las señales y pantallas de los edificios. La guía de neurodiversidad añade el objetivo de reducir la carga sensorial derivada de la confusión visual y los patrones confusos.

Divida la información en partes y preséntela de forma gradual. Primero, confirme que se encuentra en la zona correcta, luego ofrezca opciones de dirección y, por último, realice la identificación local. Los sistemas basados en mapas, como Legible London, refuerzan esto con indicaciones del tipo «usted está aquí», tiempos de recorrido a pie y normas gráficas coherentes que aparecen en las señales de las calles, los mapas impresos y los puntos de transporte. El usuario procesa el mismo lenguaje visual en todas partes, lo que reduce la necesidad de volver a aprender.

Diseñe para múltiples sentidos a fin de garantizar la redundancia. Cuando sea adecuado, combine el contraste visual con señales táctiles y auditivas. Las normas internacionales de accesibilidad exigen el uso combinado de información visual y táctil para que las personas con diferentes preferencias sensoriales puedan desplazarse con seguridad. Esto puede significar caracteres táctiles y braille en las puertas, indicadores táctiles en el suelo en lugares peligrosos y, cuando sea necesario, mensajes de audio coherentes.

Flexibilidad y personalización

La personalización es la forma más sencilla y eficaz de garantizar que los entornos funcionen al mismo tiempo para muchas mentes. Esto significa planificar las opciones a nivel de habitaciones, mobiliario y controles para que las personas puedan adaptar un espacio a su estado sensorial y cognitivo actual. Las guías publicadas recientemente tratan este tema al mismo nivel que las normas y el confort: PAS 6463 establece la selección y el control como la base del diseño neuroinclusivo; WELL v2 incluye el control por parte del usuario y la libre asignación de direcciones en las características de confort; e ISO 22955 formaliza la zonificación y la separación de actividades en las oficinas abiertas.

Espacios adaptables a necesidades cambiantes

Comience con una disposición variable. Combine salas tranquilas y poco estimulantes para descansar con salas silenciosas y áreas de trabajo compartidas más estimulantes. La norma PAS 6463 fomenta claramente la creación de áreas silenciosas y relajantes no solo en entornos privados, sino en todo tipo de edificios. Esto significa luz predecible, poco ruido, superficies lisas y puertas que simbolizan el aislamiento en lugar de la reclusión.

La división en zonas es el segundo factor determinante. Mediante el uso de jerarquías espaciales claras, permita a los usuarios moverse entre zonas tranquilas, intermedias y activas sin interrumpir los flujos de trabajo. La norma ISO 22955 respalda este enfoque en las oficinas abiertas, combinando criterios acústicos y métodos de organización que reducen las distracciones mediante la división en zonas a nivel de planificación. Estos principios también se pueden aplicar de la misma manera a bibliotecas, aulas y edificios públicos, donde las actividades varían según la hora del día.

Los programas de la vida real muestran cómo funciona esto. Los espacios culturales y los lugares de trabajo están adoptando espacios que incluyen «gradientes sensoriales», en los que los usuarios pueden elegir entre entornos más tranquilos o más estimulantes, guiados por indicaciones coherentes. Las directrices industriales compatibles con la norma PAS 6463 documentan los beneficios que aportan, como práctica habitual, las zonas de concentración más silenciosas y las salas de descanso claramente señalizadas.

Mobiliario, planos de distribución y áreas preferidas

La adaptabilidad es un tema indiscutible. Las sillas, mesas y pantallas deben abarcar un amplio rango de porcentajes, de modo que la mayoría de las personas puedan encontrar rápidamente una postura cómoda. La característica de ergonomía de WELL toma como referencia HFES 100 y BIFMA G1 para la altura, profundidad y rangos de control de los asientos, mientras que los resúmenes independientes del fabricante explican el objetivo: ajustarse aproximadamente al percentil 5 y 95 sin necesidad de pedidos especiales.

En lugar de una única estación de trabajo «predeterminada», organice un conjunto de espacios diversos. Proporcione salas pequeñas cerradas para tareas que requieran un trabajo intenso, rincones semiabiertos para reuniones individuales y mesas de colaboración abiertas para fomentar la energía del grupo. El trabajo marco de la norma ISO 22955 para oficinas abiertas y la importancia que la norma PAS 6463 concede a la claridad respaldan esta combinación, reducen la comunicación cruzada entre actividades y permiten a los usuarios elegir sus niveles de estímulo.

Las mesas ligeras, las pizarras blancas con ruedas y las estanterías móviles permiten a los equipos ajustar la exposición visual y acústica sin necesidad de una orden de trabajo del proyecto. Cuando los usuarios pueden remodelar su entorno cercano en cuestión de minutos, el edificio favorece la conservación de la atención en lugar de exigirla. La guía de la norma ISO 22955 sobre pantallas y barreras parciales refuerza esta flexibilidad de baja tecnología.

Elementos controlados por el usuario: Luz, sonido, temperatura

El control de la iluminación debe estar cerca del usuario. Combine la luz ambiental difusa con luces de trabajo ajustables, ofrezca la función de atenuación local y automatice el control del deslumbramiento y las sombras donde sea necesario. Las características de iluminación de WELL codifican la iluminación de trabajo ajustable y la atenuación automática como aplicación estándar, de modo que las personas puedan reducir la fatiga visual sin tener que cambiar todo el piso.

Cuando las personas pueden moverse localmente, aumenta el confort térmico. El modelo de confort adaptable incluido en ASHRAE 55 reconoce rangos de confort más amplios en situaciones en las que los usuarios pueden adaptarse, y los sistemas de confort personal, como pequeños ventiladores o asientos con calefacción y refrigeración, van más allá al permitir a las personas ajustar con precisión lo que sienten. Los estudios de campo y de laboratorio de la CBE de la Universidad de California en Berkeley y sus socios demuestran que, cuando se combina con unos puntos de ajuste de climatización ligeramente más amplios, el PCS proporciona una mayor satisfacción y un ahorro energético significativo. Los resultados reportados incluyen comodidad con el PCS entre aproximadamente 16 y 29 grados centígrados y un ahorro de energía de calefacción de aproximadamente el 30 % en ciertos ensayos, así como ahorros adicionales cuando los ventiladores de techo se clasifican antes que los compresores.

El control del ruido también se beneficia de las preferencias de los usuarios. Proporcione salas y cabinas silenciosas en las proximidades, haga que los techos y las paredes importantes sean absorbentes del ruido y evite obligar a todo el mundo a llevar mascarilla. La norma ISO 22955 lo enmarca como un equilibrio entre la planificación de zonas y la estrategia de superficies, mientras que la norma PAS 6463 destaca el valor de las salas de bajo estímulo fácilmente accesibles para mejorar los aumentos de ruido. El tema constante es proporcionar control con pequeños pasos a los que las personas puedan acceder sin necesidad de permiso.

Ejemplos de diseño inclusivo

Escuelas y entornos de aprendizaje sensibles a la diversidad neurológica

La Shrub Oak International School de Nueva York (inaugurada en 2018 tras una renovación integral del campus) es un claro ejemplo de cómo se puede organizar toda una escuela en torno a la estabilidad sensorial. El equipo de diseño ha dado prioridad a la iluminación de bajo brillo, la reducción del ruido de fondo, las paletas de colores suaves y las zonas de transición tranquilas. Los 127 acres de espacio abierto favorecen las rutinas basadas en la naturaleza, que reducen la estimulación y ofrecen pausas para moverse entre los bloques de aprendizaje. Estas medidas no se han considerado características adicionales.

En todo el Reino Unido, el Boletín de Construcción 104 del Ministerio de Educación establece las directrices de planificación espacial para colegios privados y centros educativos alternativos. Aunque no se centra específicamente en el autismo, el BB104 promueve una zonificación predecible, una circulación clara y un mejor acceso a las zonas exteriores. Al complementar la guía escolar centrada en el autismo, la investigación se traduce en diseños, revestimientos y opciones de iluminación que reducen los estímulos sensoriales en las aulas y los pasillos. Cuando se utilizan conjuntamente, estos documentos ayudan a los equipos a comunicar información sobre renovaciones generales y nuevas construcciones que requieren especialización con un lenguaje coherente.

Los materiales de casos a nivel de proyecto muestran los mismos temas en la práctica. La Escuela Anderson, afiliada a la Asociación Nacional de Autismo en Essex, ha utilizado estrategias sólidas de control acústico y envoltura para reducir la distracción, combinando interiores tranquilos con una orientación clara y formas simples. Las síntesis de investigaciones, incluida la literatura sobre diseño ASPECTSS para el autismo y las evaluaciones posteriores al uso de las unidades de autismo, reflejan el valor del control acústico, la gestión del deslumbramiento y las disposiciones legibles para la atención y la organización.

https://www-autism-archi.translate.goog/aspectss?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=tr&_x_tr_hl=tr&_x_tr_pto=wa

ASPECTOS* | ÍNDICE DE DISEÑO

El Índice de Diseño ASPECTSS para el Autismo, publicado en 2013, es un marco basado en la investigación que consta de siete conceptos de diseño que facilitan las estructuras arquitectónicas para el autismo. Estos siete conceptos son: Acústica, Ordenación Espacial, Escape, Compartimentación, Transición, Zonificación Sensorial y Seguridad. El siguiente mapa, utilizando el marco conceptual ASPECTSS, documenta el impacto y la influencia de este índice en la ciencia, la investigación, la producción y los debates arquitectónicos a través de nuestras propias aplicaciones, nuestro discurso intelectual, los trabajos de nuestros estudiantes y otras aplicaciones arquitectónicas.

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Akustik (Acústica)

Este criterio recomienda controlar el entorno acústico para minimizar el ruido de fondo, el eco y la reverberación. El nivel de este control acústico debe variar en función del nivel de concentración que requiera el espacio, el nivel de habilidad de los usuarios y la gravedad de su autismo. Por ejemplo, para las actividades que requieren una mayor concentración, se debe proporcionar un mayor nivel de control acústico, y estas deben formar parte de las zonas de baja estimulación que se describirán brevemente a continuación.

Además, deben tomarse medidas para diferentes niveles de control acústico, de modo que los estudiantes puedan pasar gradualmente de un nivel de control acústico al siguiente y avanzar lentamente hacia un entorno típico para evitar el «efecto invernadero».

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División en secciones (Compartimentación)

La filosofía detrás de este criterio es definir y delimitar el entorno sensorial de cada actividad, dividiendo una clase o incluso todo el edificio en compartimentos. Cada compartimento debe tener una función única y claramente definida y una cualidad sensorial asociada a ella. La distinción entre estos compartimentos no tiene por qué ser rígida, sino que también puede hacerse mediante la disposición del mobiliario, las diferencias en el revestimiento del suelo, las diferencias de nivel o incluso las diferencias de iluminación. Las cualidades sensoriales de cada espacio deben utilizarse para definir su función y diferenciarlo del compartimento contiguo. Combinado con esta coherencia en la actividad, esto ayudará a proporcionar pistas sensoriales sobre lo que se espera del usuario en cada área y reducirá la incertidumbre al mínimo.

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Seguridad (Safety)

La seguridad, un aspecto que nunca debe pasarse por alto al diseñar entornos para niños, es aún más importante en el caso de los niños con autismo, cuya percepción del entorno puede haber cambiado. Por ejemplo, deben tomarse medidas como utilizar grifos de agua caliente con dispositivos de seguridad y evitar los bordes y esquinas afilados.

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Secuenciación espacial (Spatial Sequencing)

Este criterio se basa en el concepto de aprovechar la predisposición de las personas con autismo a las rutinas y la previsibilidad. Junto con el criterio de zonificación sensorial, que se abordará más adelante, la ordenación espacial requiere que los espacios se organicen en un orden lógico según sus programas de uso típicos. Los espacios deben permitir el paso de una actividad a otra de la forma más fluida posible, mediante un recorrido unidireccional, y las interrupciones y distracciones deben reducirse al mínimo utilizando las zonas de transición que se tratarán a continuación.

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Transiciones (Transitions)

Las zonas de transición, que facilitan la clasificación espacial y la zonificación sensorial, ayudan a los usuarios a reajustar sus sentidos al pasar de un nivel de estímulo a otro. Estas zonas pueden adoptar diversas formas, desde un nudo distintivo que indica un cambio hasta una sala sensorial completa que permite reajustar los sentidos antes de pasar de un área altamente estimulante a otra menos estimulante.

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Área de escape (Escape Space)

El objetivo de este tipo de espacios es proporcionar a los usuarios autistas la posibilidad de escapar de la sobreestimulación de su entorno. Las investigaciones empíricas han demostrado el efecto positivo de este tipo de espacios, especialmente en entornos de aprendizaje (Magda Mostafa, 2008, 204). Estos espacios pueden ser una pequeña sala o un área estrecha en una zona tranquila de una habitación o en cualquier lugar del edificio. Estos espacios deben proporcionar un entorno sensorial neutro con un mínimo de estímulos, que pueda personalizarse para proporcionar al usuario la información sensorial necesaria.

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Zonificación sensorial (Sensory Zoning)

Este criterio sugiere que, al diseñar para el autismo, los espacios deben organizarse según sus cualidades sensoriales y no según sus funciones típicas. Esto requiere que los espacios se clasifiquen en «alto estímulo» y «bajo estímulo» según el nivel de estímulo permitido y que se creen zonas de transición que faciliten el paso de una zona a otra.

Centros sanitarios diseñados teniendo en cuenta las necesidades sensoriales

Los servicios de urgencias están empezando a aplicar protocolos sensoriales tanto en sus operaciones como en sus instalaciones. Un proyecto de mejora de la calidad ampliamente citado en 2019 documentó la creación de un programa de urgencias pediátricas que incluía iluminación regulable, salas silenciosas y mantas pesadas, auriculares con reducción de ruido y kits de herramientas con objetos para manipular. Estudios posteriores muestran un impulso creciente, junto con estudios de alcance que identifican estrategias prácticas que los hospitales pueden aplicar sin poner en peligro el control de infecciones o la seguridad. La última guía de aplicación de HKS (2025) convierte estas pruebas en pasos de diseño de salas para las áreas de triaje, tratamiento y reducción de la tensión.

Los sistemas nacionales de salud también publican marcos que combinan el diseño y el flujo de trabajo clínico. El Paquete de Recursos Sensorialmente Amigables del NHS de Inglaterra resume los principios de las salas comunes, como el fácil acceso a zonas silenciosas y espacios abiertos, la reducción del eco con superficies blandas y el apoyo a los usuarios para que controlen la iluminación. El paquete ofrece medidas concretas que pueden incorporarse a renovaciones o trabajos de pequeña envergadura. La guía paralela sobre hospitales adaptados a las personas con demencia, aunque se centra en los adultos mayores, refuerza las mismas ideas ambientales, como la legibilidad, el control de la luz natural y la circulación con bajo nivel de ruido, que benefician a usuarios con muchas diferencias neurológicas.

Los informes de prensa y de casos del proyecto muestran que estas estrategias han pasado de la fase de orientación a la de aplicación. Entre los ejemplos se encuentran las salas sensoriales que se han añadido a los servicios de urgencias pediátricas y a los servicios de hospitalización en Estados Unidos y Reino Unido. El personal informa de que, cuando estas áreas ofrecen un entorno con pocos estímulos y una iluminación predecible, la ansiedad disminuye y los pacientes se calman más rápidamente. Esta tendencia no es una solución para una sola sala, sino una serie de pequeños ajustes repetibles en las áreas de triaje, las salas de espera, los pasillos y los flujos de trabajo del personal.

Lugares de trabajo que potencian diferentes estilos cognitivos

El diseño del lugar de trabajo adopta una estrategia dual basada en la selección y el control. El estudio de HOK titulado «Diseñar lugares de trabajo con diversidad neurológica» ofrece un programa que incluye diversos entornos entre los que los usuarios pueden elegir en cada momento. Estos entornos varían desde salas con pocos estímulos hasta mesas adecuadas para el trabajo en equipo, y cuentan con características acústicas y de iluminación ajustadas para reducir las distracciones. Las últimas notas de aplicación de Gensler refuerzan este enfoque con investigaciones sobre reglas prácticas de planificación para entornos inclusivos y gradientes sensoriales entre plantas. La lección común es sustituir un único entorno predeterminado por una serie de espacios que se corresponden con diferentes estados de atención.

Las normas ayudan a los equipos a medir los elementos importantes. La norma ISO 22955 establece objetivos de calidad acústica específicos para oficinas abiertas, añadiendo criterios como la distancia de distracción y la confidencialidad de las conversaciones, además de los controles clásicos de reverberación. Los estudios de casos que comparan las oficinas con la norma ISO 22955 muestran que se producen mejoras cuantificables tras la combinación de la planificación de zonas, la absorción del techo y la instalación de pantallas que bloquean la línea de visión. Estas medidas técnicas ayudan a las personas muy sensibles al ruido y también mejoran el rendimiento cognitivo general.

Las organizaciones también están probando intervenciones a nivel de sala. El programa Autismo en el Lugar de Trabajo de SAP inauguró en 2023 una Sala de Relajación Sensorial en su oficina de Praga, diseñada como un refugio silencioso al que pueden acudir todos los empleados. Este tipo de ejemplos se están combinando cada vez más con políticas y formación inclusivas para que este ámbito deje de ser una excepción y se convierta en parte del día a día del trabajo. El programa y el espacio se combinan para crear un lugar de trabajo que respeta los diferentes umbrales sensoriales y ritmos de atención.

Dificultades de diseño y cuestiones éticas

Diseñar para la neurodiversidad no es solo un trabajo técnico. Es un compromiso ético con el honor, la participación y la igualdad de acceso. Los marcos internacionales de derechos y las normas profesionales emergentes lo dejan ahora claro, situando la accesibilidad y la inclusión en el centro de la calidad del diseño.

Evitar los movimientos simbólicos y los estereotipos en el diseño

El tokenismo surge cuando la consulta, la transferencia de voz e influencia se convierten en una simple casilla de verificación. Los análisis de pruebas advierten que el lenguaje de diseño común suele utilizarse sin realizar las difíciles tareas de toma de decisiones conjunta, documentación y reinterpretación repetida con los usuarios. Como resultado, surgen áreas que reflejan estereotipos, como que todas las personas autistas quieren luz tenue o que una sola «sala sensorial» resolverá el problema. Reemplácelo por un diseño colaborativo estructurado que comparta el poder, defina las funciones y documente las decisiones con un lenguaje claro.

Adopte el principio de «nada sobre nosotros sin nosotros» y aplíquelo como norma de gobernanza de proyectos. Esto implica indemnizar a los participantes, planificar la participación no solo en la fase de aprobación, sino también en la fase conceptual, y garantizar la diversidad de opiniones de las personas con diferencias neurológicas, incluidas aquellas que se ocultan o no han sido diagnosticadas. Las directrices públicas del sistema de las Naciones Unidas y las organizaciones de personas con discapacidad enmarcan la participación no como una cortesía, sino como un derecho. Esto fomenta un diseño más sólido y la rendición de cuentas.

Los niveles profesionales ahora definen medidas prácticas para garantizar que la participación siga siendo significativa. El Nivel de Diseño Inclusivo del RIBA recomienda designar a un asesor independiente de diseño inclusivo en la fase más temprana y tomar decisiones inclusivas en cada fase del trabajo. Esto reduce el riesgo de una participación simbólica y de correcciones cosméticas tardías.

Equilibrar las necesidades previstas con el diseño universal

El diseño universal establece criterios básicos con el objetivo de crear espacios que puedan ser utilizados por muchas personas sin necesidad de adaptaciones. En el Reino Unido, la norma BS 8300 refleja este objetivo en los edificios y entornos exteriores, mientras que la Ley de Igualdad establece legalmente la obligación de realizar ajustes razonables cuando los criterios básicos no satisfacen las necesidades individuales. Juntas, estas dos normativas muestran cómo se pueden combinar las normas de diseño comunes con los ajustes previstos.

Utilice mediciones en lugar de suposiciones para evaluar el impacto. El conjunto de herramientas de diseño inclusivo de la Universidad de Cambridge ofrece herramientas como la Calculadora de Exclusión para estimar cuántas personas quedan excluidas debido a una necesidad específica relacionada con la visión, la destreza manual, la atención o la audición. Esto convierte los objetivos éticos en opciones de diseño medibles y ayuda a justificar adaptaciones específicas, desde salas silenciosas hasta formatos de información alternativos.

En los lugares de trabajo, las adaptaciones específicas deben ser normales y fáciles de solicitar. En la guía oficial se indica claramente que los empleados no necesitan un diagnóstico oficial para recibir apoyo. Entre los ejemplos se pueden citar las opciones de control del ruido, la disposición flexible de los asientos, la iluminación modificada y los métodos de comunicación alternativos. Enmarcarlos como ajustes rutinarios, y no como excepciones, evita la estigmatización y favorece los diferentes estilos cognitivos.

Incluir voces con diversidad neurológica en el proceso

Haga que la participación sea sistemática, no esporádica. La norma ISO 9241-210 define el diseño centrado en las personas como un proceso de ciclo de vida que se centra en las necesidades de los usuarios en las fases de investigación, concepción, creación de prototipos y evaluación. Aplicar esta norma a los edificios significa incluir a usuarios con diferencias neurológicas en cada fase, probar tareas reales en contextos reales y actualizar los requisitos a medida que se acumulan pruebas.

Utilice los marcos sectoriales que facilitan la producción conjunta. RIBA Engagement Overlay fomenta la toma de decisiones conjunta en todas las fases del trabajo, mientras que las guías del sector sanitario de NHS England y SCIE definen la coproducción como una asociación equitativa entre las personas que utilizan los servicios, los cuidadores y la comunidad. Estos recursos ofrecen plantillas para roles, estructuras de reuniones y ciclos de retroalimentación que garantizan que la participación sea específica y responsable.

Basar la ética del proyecto en estándares de diseño aceptados para la neurodiversidad. La norma PAS 6463 establece las expectativas para textos breves, revisiones de diseño y medidas de gestión que reducen los daños sensoriales previsibles. Cuando se utiliza junto con políticas de inclusión y marcos de derechos, crea una definición de tareas coherente y orientada a la práctica, en lugar de buenas intenciones aisladas.


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