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Diseño pasivo de edificios

Los códigos energéticos de los edificios y las normativas de rendimiento medioambiental de Norteamérica y Europa configuran la integración de la calefacción y la refrigeración pasivas en los edificios estableciendo puntos de referencia de eficiencia energética. En Norteamérica, la norma ASHRAE 90.1 permite el cumplimiento basado en el rendimiento, lo que posibilita estrategias pasivas como la orientación optimizada y las fachadas de alto rendimiento para reducir el consumo de energía.

Puntos clave

  • Las investigaciones demuestran que los códigos energéticos de los edificios, como ASHRAE 90.1 en Norteamérica y EPBD, Passivhaus, BREEAM en Europa, contribuyen a los objetivos de energía neta cero fomentando la calefacción y refrigeración pasivas en los edificios.
  • Parece probable que las estrategias pasivas específicas para el clima, como la ventilación natural y la protección solar, se equilibren con exigencias estructurales que varían según la región, como Europa Central o Norteamérica.
  • Los datos sugieren que las actitudes culturales del norte de Europa, el este de Asia y Norteamérica influyen en la priorización de los sistemas pasivos, y estudios de casos como el de Powerhouse Brattørkaia muestran enfoques diferentes.

Estos marcos influyen en la viabilidad neta cero al reducir la demanda de energía y facilitar la integración de las energías renovables, pero persisten problemas como el efecto chimenea y las cargas eólicas.

Estrategias de diseño específicas para cada clima

Los arquitectos equilibran estrategias pasivas como la ventilación natural, la zonificación térmica y el sombreado solar con las elevadas exigencias de los edificios en distintos climas. En la Europa central templada (por ejemplo, Berlín), los edificios utilizan la orientación y los atrios para regular la temperatura. En la Europa meridional mediterránea (por ejemplo, Madrid), las fachadas practicables gestionan el calor, mientras que en la Norteamérica continental (por ejemplo, Chicago), la ingeniería de fachadas contrarresta las presiones del viento. Restricciones como la normativa contra incendios y las cargas estructurales pueden limitar la adopción de sistemas pasivos, que requieren sistemas híbridos para garantizar el confort de los ocupantes y reducir la dependencia de la calefacción, ventilación y aire acondicionado.

Impacto cultural y en la innovación

Las actitudes culturales hacia la sostenibilidad y el confort varían según la región e influyen en la priorización de los sistemas pasivos. Europa del Norte (por ejemplo, Suecia) prefiere la ventilación natural, Asia Oriental (por ejemplo, Japón) valora la compatibilidad térmica, mientras que Norteamérica favorece las soluciones centradas en la tecnología. Casos de estudio como Powerhouse Brattørkaia (Noruega), The Edge (Ámsterdam) y Salesforce Tower (San Francisco) muestran cómo se equilibran los sistemas pasivos y activos para lograr el net zero, reflejando las filosofías regionales de diseño y las culturas de innovación.


Análisis detallado del diseño pasivo en los edificios

Nos gustaría presentar una revisión exhaustiva de cómo los códigos energéticos de los edificios, las estrategias de diseño específicas para cada clima y las actitudes culturales determinan la integración de estrategias pasivas de calefacción y refrigeración en los edificios, especialmente en Norteamérica y Europa, y su impacto en la consecución de los objetivos de energía neta cero. Además, también se apoyan y analizan las diferencias regionales en los enfoques de diseño y las influencias culturales.

Marcos normativos e integración del diseño pasivo

Los códigos energéticos de los edificios y las normativas de rendimiento medioambiental desempeñan un papel importante a la hora de configurar las estrategias de calefacción y refrigeración pasivas en los edificios. En Norteamérica, ASHRAE 90.1, la norma energética para edificios que no sean residenciales de poca altura, establece requisitos mínimos de eficiencia y proporciona vías de cumplimiento basadas en el rendimiento. Estas vías permiten a los diseñadores incorporar estrategias pasivas como la ganancia solar pasiva y la orientación optimizada del edificio para que las fachadas de alto rendimiento superen el rendimiento energético de referencia. Esta guía destaca la ingeniería de fachadas para minimizar las cargas de refrigeración solar utilizando fachadas de doble piel para un funcionamiento flexible y ventilación natural, que son cruciales para los edificios.

En Europa, la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD) mejora la eficiencia energética en todos los Estados miembros estableciendo requisitos mínimos de eficiencia energética. Los sistemas de certificación, como Passivhaus y BREEAM, mejoran este aspecto fomentando el diseño pasivo. Passivhaus, un estándar internacional, se centra en los edificios de consumo energético ultrabajo a través de principios como el alto aislamiento, los cerramientos herméticos y la ventilación mecánica con recuperación de calor. Esta fuente afirma que los edificios se benefician de factores de forma favorables, requieren menos aislamiento debido a la menor relación superficie/volumen, pero la estanqueidad y los puentes térmicos requieren atención. Por otro lado, BREEAM fomenta la reducción de la demanda energética mediante estrategias como la forma del edificio, la orientación y la ventilación natural, ofreciendo créditos por medidas de diseño pasivo. Hace hincapié en las evaluaciones en fases tempranas para minimizar la dependencia de los sistemas activos y ofrece ventajas como la reducción de los costes del ciclo de vida.

Estos marcos influyen en la viabilidad de la energía neta cero al reducir la demanda energética y facilitar el equilibrio de las necesidades restantes con fuentes de energía renovables. Sin embargo, retos como el efecto chimenea y las cargas de viento en los edificios requieren soluciones de ingeniería avanzadas. Políticas locales como la Ley Local 97 de Nueva York, que impone límites a las emisiones de carbono, y la EnEV de Alemania incentivan aún más las estrategias pasivas estableciendo criterios estrictos alineados con los objetivos globales de emisiones netas cero.

Estrategias de diseño pasivo específicas para cada clima

En distintos climas, los arquitectos equilibran las estrategias de diseño pasivo con las exigencias estructurales y mecánicas de la construcción de rascacielos. Este planteamiento varía significativamente en la Europa central templada, la Europa meridional mediterránea y la Norteamérica continental, reflejando las clasificaciones de las zonas climáticas y las políticas de evaluación comparativa de la energía.

En la Europa central templada, como Berlín, las estrategias pasivas incluyen la orientación del edificio para maximizar la ganancia solar y los atrios internos para la ventilación natural y la iluminación natural, que se estudió en la Torre Commerzbank de Fráncfort. Estas estrategias reducen la dependencia de la climatización al utilizar la masa térmica para regular la temperatura. En el sur de Europa mediterránea, como Madrid, las fachadas practicables y los dispositivos de sombreado resuelven los veranos calurosos gestionando la ganancia de calor, mientras que la zonificación térmica vertical garantiza el confort de los ocupantes entre plantas.

En Norteamérica, como Chicago, la ingeniería de fachadas es fundamental debido a la presión del viento y a los fríos inviernos. Aunque el acristalamiento de alto rendimiento y las fachadas de doble piel minimizan la pérdida y ganancia de calor, el control del efecto chimenea es esencial para gestionar el movimiento vertical del aire, como señalan las fuentes de ASHRAE. Restricciones como la normativa contra incendios que limita las ventanas practicables y las cargas estructurales que afectan al diseño de las fachadas pueden impedir la aplicación de estrategias pasivas. Por ejemplo, la ventilación natural puede verse limitada por las presiones del viento a gran altura y requerir sistemas híbridos que combinen medidas pasivas y activas.

Un estudio sobre climas tropicales puso de relieve la eficacia específica para cada clima de la selección de estrategias de diseño pasivo adecuadas para edificios residenciales en climas tropicales, descubriendo que estrategias como un bajo recubrimiento electrónico en el acristalamiento y paredes poco conductoras pueden ahorrar hasta un 63,5% de energía en condiciones de humedad muy cálidas. Estos resultados subrayan la necesidad de un diseño adaptado, que equilibre los beneficios pasivos con las exigencias estructurales y mecánicas, y la alineación con las políticas locales de evaluación comparativa de la energía, como la Ley Local 97 de Nueva York y la EnEV de Alemania.

Actitudes culturales e innovación tecnológica

Las actitudes culturales hacia la sostenibilidad, el confort y la innovación tecnológica influyen significativamente en la priorización de los sistemas pasivos en los diseños de rascacielos del norte de Europa, Asia oriental y Norteamérica. Estas actitudes determinan las filosofías de diseño, las expectativas de los usuarios y el equilibrio entre sistemas pasivos y activos.

En los países del norte de Europa, como Suecia, existe una fuerte adopción cultural de la ventilación natural y la reducción de la dependencia mecánica, lo que refleja un compromiso con la sostenibilidad. Recursos como Passivhaus y el carbono incorporado ponen de relieve cómo los principios Passivhaus se alinean con estos valores y se centran en enfoques que dan prioridad al tejido. En Asia Oriental, especialmente en Japón, se valora la compatibilidad térmica y el diseño solar pasivo, integrando elementos tradicionales con edificios modernos, como se aprecia en los estudios de casos que hacen hincapié en la operatividad de la fachada y la iluminación natural.

En Norteamérica, el enfoque suele estar más centrado en la tecnología, basándose en acristalamientos de alto rendimiento y sistemas híbridos que integran la energía fotovoltaica con el diseño pasivo, como se observa en los debates en torno a la Torre Salesforce (San Francisco). Esto refleja una cultura que prioriza la innovación y los sistemas avanzados en detrimento de las estrategias pasivas, a veces debido al coste y la complejidad.

Los estudios de casos ilustran estas diferencias. Powerhouse Brattørkaia (Noruega) ejemplifica el enfoque del norte de Europa en el diseño pasivo con resultados energéticamente positivos mediante la utilización de la ganancia solar y el aislamiento. The Edge (Ámsterdam) refleja un enfoque híbrido, que combina estrategias pasivas con tecnologías de construcción inteligente. La Torre Salesforce muestra una estrategia norteamericana basada en la tecnología, con énfasis en el acristalamiento de alto rendimiento y la integración de energías renovables. Estos ejemplos ponen de relieve cómo las actitudes culturales determinan las opciones de diseño e influyen en la viabilidad de los objetivos de reducción a cero mediante la integración de sistemas pasivos y activos.

Análisis comparativo e implicaciones

Cuando se comparan ecosistemas normativos como ASHRAE y LEED en EE.UU. con EPBD, Passivhaus y BREEAM en Europa surgen enfoques diferentes. Las vías de rendimiento de ASHRAE 90.1 ofrecen flexibilidad para el diseño pasivo, mientras que Passivhaus proporciona una norma rigurosa y BREEAM un marco de sostenibilidad más amplio. Los valores de aislamiento, los coeficientes de acristalamiento y las normas de hermeticidad exterior exigidos por los códigos varían, y en Europa se suelen establecer criterios más estrictos. Por ejemplo, Passivhaus exige una demanda de calefacción inferior a 15 kWh/m²/año en comparación con el valor de referencia de ASHRAE e influye en prioridades de diseño como la orientación de la fachada y la masa térmica.

Las clasificaciones de zonas climáticas, como en ASHRAE, y políticas como la alemana EnEV frente a la Ley Local 97 de Nueva York influyen en la adopción de estrategias pasivas. En los climas tropicales, son eficaces el bajo e-coating y los muros aislados, mientras que la ventilación natural y los atrios dominan en las zonas templadas. Estos marcos fomentan la integración de la ganancia solar, la ventilación por chimenea y la geotermia, mientras que los retos que plantean los rascacielos, como las cargas de viento y la normativa contra incendios, exigen soluciones innovadoras.

Las influencias culturales también influyen en los resultados: el norte de Europa prefiere los sistemas pasivos, Asia oriental equilibra tradición e innovación y Norteamérica se centra en la tecnología. Esta diversidad, reflejada en los estudios de casos, subraya la necesidad de adoptar enfoques a medida que utilicen estrategias pasivas y activas para cumplir las expectativas normativas y culturales y alcanzar el objetivo de energía neta cero.

Comparación de las estrategias de diseño pasivo por región y clima

Región/ClimaEstrategias pasivas básicasImpacto normativoRetos
Norteamérica (Chicago)Vidrio de alto rendimiento, fachadas de doble acristalamientoASHRAE 90.1, conformidad basada en el rendimientoPresiones del viento, control del efecto chimenea
Europa Central (Berlín)Orientación, atrios interiores, masa térmicaEPBD, Passivhaus, créditos BREEAMNormativa contra incendios que limita la ventilación
Mediterráneo (Madrid)Fachadas móviles, protección solarEPBD, normas estrictas de aislamientoGestión de la ganancia de calor en verano
Tropical (Sri Lanka)Paredes aisladas con bajo e-coatingNormativa energética local, PDS específico del climaRiesgo de sobrecalentamiento, humedad elevada

Este cuadro resume las diferencias regionales y pone de relieve cómo la normativa y el clima condicionan el diseño pasivo y los retos que requieren soluciones adaptativas.

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