Ya no queda espacio en la superficie de las ciudades. Bajo nuestros pies yace una capa de potencial urbano en gran parte sin explotar que podría aliviar la presión sobre la superficie, mejorar el rendimiento medioambiental y remodelar la forma en que las personas se desplazan, se reúnen y viven. Bajar bajo tierra no es nada nuevo. Es una opción de diseño estratégica que permite a las ciudades densas crecer sin sacrificar la luz, el aire o las vistas. Ya existen ejemplos a escala metropolitana, desde la «ciudad sombra» coordinada de Helsinki hasta las cuevas de roca y los pasillos de servicio de Singapur.

Lo que hace que los espacios subterráneos sean importantes hoy en día son los complejos cálculos matemáticos relacionados con la urbanización y el clima. Las Naciones Unidas prevén que, para 2050, aproximadamente el 68 % de la población mundial vivirá en ciudades. Esto significa que habrá que compartir el limitado espacio terrestre entre más infraestructuras, más viviendas y más servicios públicos. Colocar los usos seleccionados bajo tierra permite conservar la superficie para parques, calles y viviendas, al tiempo que se concentran las redes en los lugares donde funcionan mejor.
Rediseñar el espacio: ¿por qué ir bajo tierra?
Densidad urbana y necesidad de expansión vertical
Las ciudades se han expandido tradicionalmente de forma horizontal. Este modelo consume terreno, fragmenta los ecosistemas y provoca desplazamientos más largos. La expansión vertical añade una segunda dimensión a la construcción de ciudades, no solo con torres que se elevan hacia arriba, sino también con volúmenes estables y protegidos que se extienden hacia abajo. La lógica es sencilla: trasladar bajo tierra las funciones que no necesitan luz solar directa o una dirección, como la logística, los servicios públicos, los nudos de transporte y el almacenamiento, para liberar el espacio limitado de la superficie para las personas y la naturaleza. Singapur ha convertido esto en una política, reservando el espacio subterráneo para las líneas ferroviarias, los servicios públicos y el almacenamiento a gran escala, y asegurando que el espacio superficial se dedique a la vivienda y la vida pública.
Existen ejemplos funcionales de ciudades subterráneas conectadas en red. El RÉSO de Montreal conecta estaciones de metro, tiendas minoristas y pasillos de oficinas en un área de más de 30 kilómetros, creando una zona peatonal climatizada que reduce las interrupciones en la vida cotidiana causadas por las condiciones meteorológicas. Helsinki va más allá con un Plan Maestro Subterráneo que mapea los aparcamientos, centros de datos, instalaciones deportivas y refugios civiles actuales y futuros, coordina el acceso y mantiene la capacidad a largo plazo en terrenos rocosos. No se trata de sótanos aislados. Son capas urbanísticas planificadas que asumen programas de uso intensivo para que la superficie pueda seguir siendo pública, verde y permeable.
Proteger la naturaleza construyendo abajo
El siguiente edificio puede preservar contextos delicados que no pueden albergar nuevos volúmenes. Dos proyectos de museos reconocidos ilustran este principio. En el Louvre, I. M. Pei mejoró la circulación al reestructurar el museo más visitado del mundo con una sala subterránea central, preservando al mismo tiempo los patios históricos. En Helsinki, el museo Amos Rex situó sus grandes galerías bajo la plaza de la ciudad, dejando entrar la luz del día a través de óculos y dejando la plaza como un espacio público activo. En ambos casos, la ciudad conservó su espacio abierto, mientras que las instituciones obtuvieron interiores de nivel mundial.
A escala metropolitana, trasladar las funciones industriales y de infraestructura bajo tierra puede permitir ganar una cantidad significativa de terreno para la naturaleza y la vivienda. Las Jurong Rock Caverns de Singapur, que almacenan 1,47 millones de metros cúbicos de hidrocarburos a unos 150 metros bajo tierra, liberan valioso espacio en superficie para otros usos en la isla de Jurong, que sufre escasez de terreno. Se trata de un método de conservación que se lleva a cabo mediante el traslado de los programas que menos contacto tienen con las personas y que permite que la superficie sea más verde, más fresca y más pública.
https://ifonlysingaporeans.blogspot.com/2014/09/jurong-rock-caverns-officially-opens.html
Eficiencia energética y estabilidad térmica
El suelo es un envoltorio extraordinario. A profundidades a las que no llegan los efectos de los cambios climáticos diarios y estacionales, la temperatura del suelo se mantiene en un nivel cercano al promedio anual local. Esta estabilidad térmica permite que los edificios protegidos por el suelo reduzcan sus cargas de calefacción y refrigeración, ya que el suelo circundante suaviza las temperaturas extremas. El Departamento de Energía de los Estados Unidos señala que las casas cubiertas de tierra se ven menos afectadas por los cambios de temperatura del ambiente exterior y ofrecen ventajas adicionales en cuanto a aislamiento acústico y mantenimiento. Las investigaciones sobre la térmica del suelo superficial confirman que las temperaturas se mantienen relativamente constantes a profundidades razonables. Por lo tanto, los sistemas geotérmicos y las cámaras subterráneas cuidadosamente aisladas pueden funcionar con un menor consumo de energía.
Los proyectos de tránsito y grandes terminales requieren un control ambiental cuidadoso, pero aún así se benefician del efecto amortiguador del suelo. Las investigaciones realizadas en estaciones de metro muestran que, aunque las condiciones térmicas varían según la profundidad y el diseño, los entornos subterráneos parten de un punto de partida más reducido y pueden ajustarse para lograr el confort mediante ventilación y refrigeración específicas, en lugar de correcciones estacionales excesivas. Lo importante no es que los espacios subterráneos sean cómodos por naturaleza, sino que la carga climática comience en un punto más cercano a la neutralidad. Esto constituye una base sólida para un diseño energéticamente eficiente.
La percepción psicológica de los espacios subterráneos
La aceptación de los espacios subterráneos por parte de las personas suele estar determinada por la percepción, más que por la física. Las investigaciones en el campo de la psicología ambiental revelan que las personas que viven en espacios subterráneos pueden estar expuestas a un mayor riesgo de estrés si no tienen la posibilidad de conectarse con el mundo exterior. La solución consiste en crear diseños que conecten con el cielo y la ciudad a través de la luz del día, las vistas y los caminos comprensibles. Incluso los huecos intermitentes y los pozos de luz pueden reducir la carga cognitiva y facilitar la orientación. Estudios recientes demuestran que proporcionar una conexión visual o espacial significativa con el mundo exterior reduce los riesgos psicofisiológicos en comparación con los espacios interiores completamente cerrados y desconectados.
Por eso, una buena arquitectura subterránea es generosa en cuanto a luz y orientación. La pirámide de cristal del Louvre y las cúpulas de Amos Rex no son solo gestos formales. Son interfaces luminosas que atraen a las personas, proporcionan puntos de referencia y señalan la seguridad, eliminando las connotaciones claustrofóbicas que suelen crear los antiguos entornos de túneles. Cuando los diseñadores combinan la luz natural, la circulación clara y la calidez de los materiales, el espacio subterráneo deja de ser una sala trasera secreta y pasa a percibirse como parte de la ciudad.
Antecedentes históricos e inspiraciones globales
Antiguas viviendas y ciudades subterráneas
La humanidad lleva miles de años modelando el subsuelo. En Capadocia, la ciudad subterránea de Derinkuyu, de varios niveles, se encuentra a unos 85 metros de profundidad y se cree que albergaba hasta 20 000 personas y animales, estaba cerrada con puertas de piedra rodantes y se ventilaba mediante pozos excavados en la suave roca toba. Su escala y su lógica defensiva indican que este lugar es mucho más que un simple refugio, sino un ejemplo temprano de maestría en la construcción de ciudades subterráneas.
Al otro lado del Mediterráneo, el Hipogeo de Ħal Saflieni, en Malta, refleja una tradición diferente. Este complejo de salas de 500 metros cuadrados, excavado entre los años 4000 y 2500 a. C., se utilizó como cementerio subterráneo y aún hoy requiere un estricto control ambiental para proteger sus superficies pintadas y su delicada piedra caliza. Ambos yacimientos demuestran que, mucho antes de la aparición de los servicios de construcción modernos, se prestaba mucha atención a la configuración del aire, la luz y los significados rituales.
Vivir bajo tierra también se desarrolló como una respuesta pragmática al clima. Las viviendas yaodong de la meseta de Loess, en China, utilizan terraplenes de tierra y secciones abovedadas para equilibrar la temperatura durante los inviernos rigurosos; estas lecciones arrojan luz sobre las investigaciones actuales en materia de diseño pasivo. En los desiertos más inhóspitos, las casas cueva con patio de Matmata y los «refugios» de la ciudad australiana de Coober Pedy muestran cómo la arquitectura excavada alivia el calor y el resplandor, al tiempo que crea un espacio habitable sólido.
Ejemplos modernos de Helsinki, Montreal y Tokio
Helsinki considera el lecho rocoso como infraestructura urbana. El Plan Maestro Subterráneo de la ciudad mapea el acceso y la capacidad a largo plazo, separando corredores y cavernas para movilidad, servicios públicos, estacionamiento, deportes y datos, de modo que la superficie del terreno permanezca verde y transitable. Este enfoque se complementa con obras emblemáticas como la iglesia Temppeliaukio, un espacio sagrado excavado en granito y cubierto por una cúpula de cobre que atrae la luz del sol hacia las profundidades de la roca.
El RÉSO de Montreal es una zona peatonal adaptada al clima, integrada en el metro y los edificios importantes. La red se extiende a lo largo de 32 a 33 kilómetros y conecta universidades, tiendas minoristas, oficinas y espacios culturales, permitiendo a las personas desplazarse y reunirse independientemente de las tormentas invernales o el calor estival. Este proyecto, que comenzó como un conjunto de pasillos bajo el centro de la ciudad, se ha convertido en una capa urbana comprensible y con múltiples nodos.
El sistema de control de inundaciones de Tokio, «G-Cans», muestra los espacios subterráneos como una fortaleza de la resiliencia urbana. Cinco pozos de 65 metros de altura, túneles de entre 6,3 y 6,4 kilómetros de longitud a unos 50 metros de profundidad y un enorme tanque de control de presión con 59 columnas dirigen el agua de lluvia hacia el río Edo durante los tifones. Este sistema, construido en los años 90 y 2000, se ha convertido hoy en día en un punto de referencia mundial para la adaptación climática a gran escala.
Lecciones que se pueden extraer de los refugios militares y la arquitectura de las cuevas
Las fortificaciones del siglo XX resumen los principios que siguen siendo válidos para los diseños subterráneos. Las torres de ametralladoras y las posiciones de artillería del Muro Atlántico utilizaban hormigón armado, cubiertas de tierra y aberturas reducidas al mínimo para controlar las explosiones, la visibilidad y el acceso. Hoy en día, estas estrategias se aplican en forma de aberturas controladas, entradas en capas y caparazones resistentes para centros de datos o programas de defensa civil que deben seguir funcionando bajo presión.
Los refugios operativos priorizan la claridad, la redundancia y la habitabilidad. Las salas de guerra del Gabinete en Londres funcionaban como una ciudad subterránea compacta, con un sistema de circulación claro, salas especiales y sistemas de soporte vital que permitían trabajar las 24 horas del día bajo bombardeos. En Vietnam, los túneles de Củ Chi utilizaban métodos de compartimentación, ventilación secreta y orientación multinivel para separar las zonas de vida, almacenamiento y combate. Ambos ejemplos ponen de relieve la importancia del control del aire, la orientación y la zonificación de programas cuando la luz y la visibilidad son limitadas.
La arquitectura tradicional protegida por cuevas y tierra complementa estas lecciones con inteligencia ambiental. Mientras que los arcos Yaodong distribuyen las cargas de manera eficiente, la masa de tierra reduce las fluctuaciones de temperatura. Esta combinación ha sido validada por investigaciones en ciencia de la construcción y se ha adaptado para su uso en pasillos subterráneos modernos, salas de tránsito y espacios culturales.
Los lugares subterráneos en la literatura y la mitología
Las culturas han atribuido significado al mundo subterráneo desde hace mucho tiempo. En la tradición griega, Hades gobierna un reino de sombras separado de los vivos, mientras que la cosmología del antiguo Egipto define Duat como el viaje nocturno y el juicio del alma. En América Central, en los relatos mayas k’iche’, Xibalba se describe como un peligroso mundo subterráneo que aparece en el Popol Vuh. Estas historias enmarcan el inframundo como un umbral y una prueba, y estas imágenes siguen moldeando la forma en que las personas perciben el mundo subterráneo.
https://www.wsj.com/articles/the-popol-vuh-review-a-new-world-epic-11549031636
Los escritores convirtieron estos arquetipos en aventuras espaciales y alegorías urbanas. El Infierno de Dante imagina un descenso meticulosamente organizado, que muchos diseñadores han tomado como ejemplo por su legibilidad y simbolismo. La obra de Julio Verne Viaje al centro de la Tierra popularizó el subsuelo como frontera científica. Más cercana a las ciudades contemporáneas, la obra de Neil Gaiman Neverwhere transforma los túneles y estaciones cerradas de Londres en un mundo paralelo que vuelve a encantar la infraestructura, el «London Below». Incluso la Moria de Tolkien enmarca un enorme mundo subterráneo construido por el hombre, compuesto por salones, escaleras y puertas, como una maravilla de la ingeniería y un riesgo existencial.
Dificultades de diseño e innovaciones de ingeniería
Carga estructural, ventilación y aislamiento hidráulico
Las estructuras subterráneas soportan más peso que su propio peso. Resisten la carga vertical superior, la presión horizontal del suelo, la fuerza de elevación hidrostática y la carga adicional derivada del tráfico superficial. Las buenas prácticas comienzan con el estudio del terreno y los valores de diseño para los parámetros del suelo y la roca, los factores de seguridad parciales y los modelos verificables de movimiento del suelo y el agua. Mientras que el Eurocódigo 7 establece el marco para los movimientos geotécnicos y los controles de resistencia, el Manual de túneles de carretera de la FHWA combina las directrices estructurales para revestimientos permanentes, hormigón proyectado, anillos segmentados, sistemas de drenaje y de seguridad contra incendios en un todo coordinado. Juntos, basan las decisiones de diseño en datos verificables en lugar de en suposiciones.
La ventilación subterránea tiene dos funciones diferentes. En condiciones normales, garantiza una calidad del aire interior aceptable y controla los contaminantes procedentes de personas, instalaciones y vehículos. En situaciones de emergencia, mantiene la resistencia, ahorra tiempo y facilita la evacuación. La norma ASHRAE 62.1 define los conceptos de aire exterior mínimo y escape para las áreas utilizadas, mientras que las normas de tránsito y túneles, como la NFPA 130, especifican los objetivos de rendimiento de las estaciones y plataformas, y permiten sistemas separados o integrados para túneles y estaciones. Las guías para túneles de carretera de las familias FHWA y NFPA 502 describen en detalle los modos de evacuación de humos, las diferencias de presión y la lógica de control, que deben demostrarse mediante cálculos y pruebas de puesta en marcha.
El agua no es una fuente de molestias bajo el suelo. Es una carga permanente. La norma BS 8102:2022 del Reino Unido se utiliza habitualmente como referencia para la clasificación de riesgos y la selección de estrategias de impermeabilización. Esta norma oficializa tres tipos de protección que suelen combinarse para garantizar la durabilidad. El tipo A es una membrana de barrera sobre la estructura. El tipo B es un hormigón impermeable integrado o una cubierta impermeable. El tipo C es un espacio drenado con capacidad de recogida y bombeo controlados. La norma también realza el papel de un especialista en impermeabilización designado y destaca los detalles que requieren mantenimiento en juntas, pasos y depósitos, ya que los sistemas deben durar toda la vida útil del edificio.
Estrategias de iluminación natural y artificial
La luz natural no es un lujo, sino un elemento que mejora el rendimiento. Cuando el programa lo permite, la iluminación cenital proporcionada a través de oculi, patios y tubos de luz proporciona orientación y reduce la necesidad de iluminación eléctrica. La norma LG10 de CIBSE define el proceso de diseño para la iluminación con luz natural, mientras que los criterios climáticos de la Society of Light and Lighting, recogidos en la norma IES LM-83, definen dos pruebas claras para la iteración del diseño. La autonomía espacial de la luz diurna (sDA) cuestiona qué porcentaje de la superficie del suelo alcanza un valor de 300 lux durante al menos la mitad de las horas de uso. La exposición anual a la luz solar (ASE) controla el riesgo de exposición excesiva y deslumbramiento. Proyectos reales como el Amos Rex de Helsinki muestran cómo las cúpulas moldeadas y las ventanas inclinadas del techo pueden atraer la luz del cielo a las profundidades de las grandes salas subterráneas, al tiempo que protegen la plaza pública situada encima.
La iluminación eléctrica en túneles, estaciones y salas de espera debe garantizar la adaptación de las personas. Las normas CIE 88 y BS 5489-2 describen los niveles de luminosidad entre espacios exteriores e interiores, las distancias de adaptación en las entradas, los ajustes diurnos y nocturnos y la seguridad en caso de avería. En los túneles de carretera, la norma EN 16276 define la función de las señales de evacuación, las guías montadas a baja altura, la iluminación de los cruces y las señales de emergencia, de modo que las personas puedan evacuar por sí mismas en situaciones de visibilidad limitada. La guía de autopistas de la FHWA completa estos aspectos con criterios prácticos y controles. La lección general consiste en plantear un escenario que va desde la orientación de la luz hasta la función, y luego hacia la guía en situaciones de estrés.
Diseño acústico y técnicas de aislamiento acústico
El sonido subterráneo se propaga de dos maneras. El ruido del aire, los sistemas de climatización, los ventiladores y las aberturas llenan las habitaciones. Las vibraciones provocadas por la estructura, los trenes, las instalaciones o el tráfico se propagan a través del suelo y el hormigón y se vuelven a propagar como ruido audible en las zonas silenciosas. La Guía B4 de CIBSE mapea las fuentes, las vías de transmisión y las estrategias de control para los servicios de los edificios, desde el ruido que se escapa por los conductos hasta las vibraciones de los ventiladores. En cuanto a las fuentes relacionadas con las vías, la Guía sobre ruido y vibraciones de la Administración Federal de Tránsito sigue siendo la principal referencia para los métodos de estimación y la selección de medidas de reducción en los proyectos de transporte público.
La reducción se realiza siguiendo un orden claro. Siempre que sea posible, reduzca el ruido en su origen, corte el camino y trate al receptor. Para el ferrocarril subterráneo o el LRT cerca de usos sensibles, los sistemas de rieles flotantes se colocan sobre losas de hormigón soportadas por camas flexibles que ajustan el sistema a frecuencias naturales bajas y bloquean la energía procedente del suelo. Los elementos de conexión flexibles, las esteras de balasto y los bloques de equipos aislados completan este enfoque. La guía de la FTA documenta el rendimiento y la selección, mientras que las investigaciones y los estudios de casos explican las compensaciones de rendimiento de las placas flotantes de baja frecuencia y otras medidas cerca de las viviendas. En el interior de las habitaciones, aplique revestimientos separados y separaciones pesadas con absorción específica para controlar el eco, de acuerdo con los métodos de cálculo de la norma ISO 12354.
Protocolos de acceso, salida y seguridad de las personas
El diseño de seguridad subterránea se centra en la claridad, el tiempo y la redundancia. La norma NFPA 130 establece los requisitos de rendimiento para las estaciones de tren de pasajeros, incluyendo objetivos de evacuación que exigen que las plataformas se despejen en cuestión de minutos y que las estaciones evacúen a los pasajeros de forma segura por vías protegidas. El Código de Seguridad de Vida NFPA 101 establece las normas básicas relativas a las vías de evacuación, la distancia de recorrido, la iluminación y las disposiciones de evacuación aplicables a muchos espacios subterráneos. No se trata de disposiciones abstractas. Establece las anchuras, la separación de las salidas y los niveles de iluminación que deben verificarse en los planos y las pruebas.
La ingeniería de incendios basada en el rendimiento añade detalles en situaciones en las que las normas reglamentarias no son suficientes. El Manual de Túneles de la FHWA y los informes relacionados de la AASHTO resumen los escenarios de incendio, las estrategias de control de humos y la ventilación de emergencia para túneles. El Manual de la SFPE y la guía para profesionales presentan un modelo de evacuación que compara el tiempo de evacuación seguro necesario con el tiempo de evacuación seguro disponible bajo criterios de resistencia, integrando factores humanos como los retrasos y las velocidades de movimiento. La norma EN 16276 para túneles de carretera lo complementa estableciendo la iluminación de evacuación para que las personas puedan encontrar los pasillos transversales y las salidas en condiciones de humo. El resultado es un protocolo por capas que vincula la estructura, los sistemas, las señales y los procedimientos en una única narrativa de seguridad legible.
Cualidades experienciales e interacción humana
Crear comodidad en espacios reducidos
El confort subterráneo es una cuestión tanto física como psicológica. Los entornos sin ventanas o con vistas limitadas se asocian con una menor vitalidad, un mayor estrés y una sensación constante de que las vías de escape son limitadas. Estos hallazgos han sido documentados desde los primeros estudios bibliográficos hasta las investigaciones modernas sobre los trabajadores de oficinas clínicas. Las personas informan de una mejor salud y funcionalidad en el trabajo cuando disponen de luz natural y vistas. Esto convierte la ausencia de horizonte en una responsabilidad de diseño real que debe abordarse de forma deliberada.
La calidad de la luz es el factor más importante. La iluminación con conciencia circadiana puede compensar parcialmente la falta de cielo proporcionando una luz brillante y vertical sincronizada con el ojo por la mañana y reduciendo la luz a medida que avanza el día. Las normas como los objetivos de luxes melanópicos equivalentes de WELL ofrecen metas cuantificables para los proyectos, mientras que las evaluaciones de alcance realizadas recientemente confirman que la forma arquitectónica y la distribución de la luz influyen significativamente en la biología circadiana. Los espectros dinámicos, los gradientes y las luminarias orientadas hacia el techo ayudan al cerebro a leer el tiempo, lo que reduce la fatiga en espacios profundos.
Un segundo factor es el contenido biophilic, que se percibe como vivo. Las investigaciones demuestran que los elementos naturales multisensoriales mejoran el estado de ánimo y el rendimiento cognitivo. Incluso en entornos subterráneos, cuando la naturaleza real o las vistas al aire libre son imposibles, las paredes verdes y los cielos simulados pueden reducir el estrés y recuperar la atención. Las pruebas que están surgiendo sobre las ventanas artificiales y las paredes verdes subterráneas ponen de relieve que la profundidad, el movimiento y los patrones de la vegetación son más importantes que la decoración.
Diseño de transiciones: umbrales, pendientes y profundidad
Las transiciones son la coreografía de la bajada. El paso de la luminosidad de las calles al ambiente equilibrado de los interiores debe interrumpirse con momentos graduales, comprensibles y que reseten los sentidos. Las investigaciones sobre los lugares de trabajo subterráneos y en superficie muestran que las zonas de transición bien diseñadas moldean el bienestar de forma medible y reducen la sensación de estar en un espacio cerrado. En la práctica, esto significa una serie de umbrales cortos, pausas y referencias externas enmarcadas que permiten que el ojo se vuelva a enfocar.
Las ciudades han demostrado cómo se pueden civilizar estos movimientos. En Amos Rex, en Helsinki, las suaves cúpulas de hormigón de la plaza desempeñan un papel acogedor en la parte superior, mientras que en la parte inferior anuncian la profundidad como ojos que irradian luz, pero sin separarse de la ciudad. En la arquitectura del transporte, las directrices de diseño de la línea de Londres establecen normas coherentes para la orientación, las superficies y la iluminación, de modo que las escaleras mecánicas, las rampas y las salas de espera se perciben como un único trayecto coherente, en lugar de una cadena de espacios peligrosos. El resultado no es solo la orientación, sino también la seguridad, que es el verdadero valor del espacio público subterráneo.
La materia subterránea y la atmósfera
Sin cielo, el material transporta la atmósfera. Los mejores interiores subterráneos utilizan una paleta disciplinada, duradera, con alta reflectividad cuando es necesario y fácil de mantener. El diseño general de la línea Elizabeth codifica dos lenguajes complementarios: elementos arquitectónicos duraderos, como revestimientos y suelos, y tecnologías efímeras, como señales y sistemas de información. Esta distinción crea superficies sólidas con líneas de visión limpias, brillo procedente de la luz reflejada y áreas que mantienen su legibilidad incluso con un uso intensivo. Del mismo modo, la señalización de las estaciones del Reino Unido da importancia a los revestimientos de suelo que han sido probados de forma independiente en cuanto a desgaste, facilidad de limpieza y resistencia al deslizamiento, ya que la comodidad comienza con la seguridad bajo los pies.
El material puede humanizar la profundidad gracias a la acústica y la temperatura táctil. La iglesia Temppeliaukio de Helsinki combina paredes de roca rugosa con una cúpula de cobre y una serie de ventanas en el techo, creando una acústica nítida y resonante y una luz suave y ámbar que envuelve la estancia. Con un enfoque diferente, el Museo de Arte Chichu de Tadao Ando, en gran parte enterrado, utiliza hormigón liso, aberturas calibradas y huecos en el patio para permitir que las galerías pasen de la penumbra silenciosa a la luz diurna controlada. No se trata solo de elecciones estilísticas, sino de herramientas atmosféricas que permiten al cuerpo leer el tiempo y el espacio subterráneos.
Percepción pública y aceptación cultural
Aceptar la vida subterránea es algo que se aprende. Una lectura psicosocial de los entornos subterráneos muestra que las personas tienden a reflejar narrativas de encarcelamiento cultural en estos entornos, especialmente cuando el control, el aire y la orientación son inciertos. El aire limpio, la luz y la posibilidad de orientarse reducen esta ansiedad y la sustituyen por la sensación familiar de la vida cotidiana. Incluso los estudios clásicos sobre ventanas apuntan a una simple realidad: la percepción de acceso al exterior, ya sea real o simulada de forma convincente, alivia la inquietud de forma más fiable que los consejos.
Las encuestas revelan qué factores influyen en la opinión pública. En un estudio publicado en la revista Indoor Air, que abarca numerosas ciudades, los participantes señalaron que la calidad del aire era un factor determinante a la hora de aceptar o rechazar los lugares de trabajo subterráneos, por delante de muchas otras características de los edificios. Cuando se abre el techo del Amos Rex de Helsinki como zona de juegos y se crean debajo salas amplias y luminosas, la percepción del público cambia positivamente, ya que los proyectos subterráneos añaden valor a los espacios públicos visibles en la superficie. Cuando las personas experimentan el subsuelo como un espacio saludable, intuitivo y socialmente generoso, la aceptación cultural le sigue.
El futuro de la arquitectura subterránea
Inteligencia artificial y modelado digital para geometrías complejas
La inteligencia artificial está cambiando la forma en que exploramos, diseñamos y operamos los espacios subterráneos. En el ámbito de la excavación de túneles, los últimos estudios demuestran que los modelos de inteligencia artificial predicen las condiciones del terreno, optimizan los controles de las tuneladoras y conectan los datos de los sensores en tiempo real con gemelos digitales que reflejan la realidad durante la construcción y la explotación. Estos sistemas reducen la incertidumbre, ajustan los parámetros de las máquinas al instante e informan de la necesidad de mantenimiento antes de que se produzcan averías.
Los gemelos digitales están pasando del concepto a la práctica en túneles y corredores de servicios públicos. Los marcos ahora conectan modelos estructurales, CFD y datos de monitoreo para respaldar el mantenimiento predictivo y la planificación de respuestas de emergencia en redes limitadas. Para las zonas subterráneas, los investigadores están definiendo niveles de madurez para gemelos a escala urbana que integran la geología, las estructuras y los sistemas de seguridad de las personas, lo que permite a los planificadores comprobar cómo un nuevo túnel o sala de tránsito modifica los flujos, las cargas y los riesgos.
Desde el punto de vista cultural, el escaneo BIM y el escaneo láser de alta resolución permiten capturar zonas subterráneas históricas y reutilizarlas sin necesidad de recurrir a estimaciones. El Mail Rail de Londres se escaneó digitalmente de extremo a extremo para documentar su geometría y servicios antes de convertirlo en un medio de transporte público, lo que demostró cómo los modelos precisos reducen los riesgos de la reutilización adaptable de activos subterráneos sensibles.
Reutilización adaptable de redes subterráneas abandonadas
Las ciudades están aprendiendo a considerar los túneles y depósitos de agua en desuso como espacios civiles preparados. El Cisternerne de Copenhague es un antiguo depósito de agua del siglo XIX situado bajo un parque. Hoy en día, es un espacio artístico envolvente que aprovecha su microclima fresco y húmedo y su largo tiempo de reverberación para crear una atmósfera única para las exposiciones. Sus registros institucionales aclaran la historia del lugar y su programación actual, poniendo de relieve la importancia de la cultura subterránea.
Londres ofrece dos modelos claros. El Mail Rail del Museo Postal reabre el antiguo ferrocarril postal sin conductor, que antes era secreto, como una experiencia pública controlada. La estación de Aldwych, cerrada al público durante décadas, ahora acoge visitas guiadas y rodajes cinematográficos, y demuestra que, cuando se presta especial atención a la seguridad, el acceso y la narración de historias, las infraestructuras de transporte en desuso pueden cobrar una segunda vida.
Ninguna propuesta puede superar los obstáculos financieros y técnicos. El Lowline de Nueva York tenía previsto utilizar ventanas de techo con control remoto para cultivar plantas en una terminal de tranvía en desuso, pero el proyecto se suspendió por falta de financiación. La trayectoria de este proyecto constituye un contraejemplo instructivo: la reutilización adaptable subterránea tiene éxito cuando es tan sólida como el concepto de operaciones a largo plazo y valor público.
Resistencia climática y refugios resistentes a desastres
El control de las inundaciones obliga a las ciudades a construir amplias zonas hidráulicas bajo sus pies. El Gran Canal de Desagüe Subterráneo del Área Metropolitana de Tokio conecta cinco pozos de 65 metros de altura con túneles de 6,3 kilómetros de longitud a unos 50 metros de profundidad y cuenta con un tanque de control de presión del tamaño de una catedral capaz de transportar aproximadamente 200 metros cúbicos de agua por segundo al río Edo. Las autoridades siguen invirtiendo debido al aumento de la frecuencia y la intensidad de las tormentas violentas.
La defensa civil también está dando forma al futuro subterráneo. Helsinki cuenta con 5500 refugios con capacidad para unas 900 000 personas, suficientes para proteger a sus habitantes y visitantes. La mayoría de estos refugios están integrados en instalaciones de uso cotidiano para no desperdiciar el espacio en tiempos de paz. Suiza sigue una política nacional que exige un refugio para cada ciudadano y proporciona orientación federal sobre la construcción y el mantenimiento estandarizados. Estos programas demuestran cómo se puede alojar de forma segura a un gran número de personas bajo tierra cuando la política, la ingeniería y las operaciones están en armonía.
Las aplicaciones reguladoras se desarrollan junto con los riesgos climáticos. Las reformas llevadas a cabo en Japón tras las grandes inundaciones han impuesto responsabilidades a los propietarios de centros comerciales subterráneos en determinadas zonas, lo que ha permitido reforzar las medidas de preparación en los lugares donde el agua y la topografía aumentan los riesgos. La capa subterránea ya no se utiliza únicamente para el transporte y el almacenamiento. Se trata de un sistema que ocupa un lugar destacado en la resiliencia urbana.
El papel de los arquitectos en la configuración de los límites subterráneos
Esta disciplina debe funcionar en tres dimensiones. Las organizaciones internacionales hacen hincapié en que los espacios subterráneos deben planificarse junto con las superficies terrestres y que ya no deben considerarse como espacios residuales. Las directrices de la Asociación Internacional de Túneles y Espacios Subterráneos (ITUSA) y la ACUUS destacan los marcos de cartografía, política y diseño que tratan los espacios subterráneos como un bien público con su propia lógica de acceso, ecología y propiedad inmobiliaria.
Los arquitectos pueden liderar la creación de historias de rendimiento comprensibles para las personas: orientación clara, luz legible, aire fiable, materiales duraderos. Además, deben defender la planificación basada en datos para las zonas subterráneas con bajas emisiones de carbono, donde las redes de movilidad, logística y cultura liberan superficie para la vivienda y la naturaleza. Esta agenda es coherente con las tendencias de urbanización global que llevarán a la mayoría de la humanidad a vivir en ciudades para 2050 y convierte la calidad del diseño subterráneo en un beneficio público fundamental.
La frontera se definirá mediante la integración. La distribución asistida por inteligencia artificial, la reutilización adaptable que honra la historia, las infraestructuras hidráulicas y de defensa civil que protegen la vida y el diseño centrado en las personas deben desarrollarse conjuntamente. Cuando esto se logre, la capa inferior dejará de ser invisible y se convertirá en una parte consciente de la vida urbana.